Domingo 2 de enero de 1955. Después de las festividades de año nuevo, la vieja Panamá estaba todavía en proceso de superar la resaca del día anterior. Ese día hubo actividad en el hipódromo Juan Franco, ubicado en lo que es actualmente el sector de Obarrio de Ciudad de Panamá. En la Casa Club se encontraba nada más y nada menos que el Presidente de la República, General José Antonio Remón Cantera, acompañado por sus guardaespaldas. Habían finalizado las carreras de esa tarde y en una de ellas triunfó la yegua Valley Star, lo que motivó a Remón a celebrar en compañía de sus escoltas y unos amigos.
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José Antonio Remón, antes de llegar a la Presidencia de Panamá en 1951, era un hípico confeso y se cuenta que sus visitas al óvalo Juan Franco eran recurrentes. El haber logrado la Primera Magistratura no le impidió el disfrute del espectáculo hípico.
Mientras el Presidente compartía entre risas y bebidas, unos primeros disparos se escucharon. Luego, a las 7:30 de la noche, una ráfaga de balas apareció de la nada de uno de los rincones de la Casa Club y la humanidad de José Antonio Remón fue destrozada, al igual que los cuerpos de Antonio Anguizola y José María Peralta, escoltas del Presidente. Remón Cantera fue trasladado en un vehículo particular al hospital Santo Tomás y a las 9:20 de la noche, se declaró oficialmente su fallecimiento. Hubo tres días de duelo y se suspendieron las garantías durante 10 días.
El país y la actividad hípica entraron en situación de inestabilidad. Remón Cantera fue el propulsor de la construcción del nuevo hipódromo situado en Juan Díaz. La nueva pista hípica se concluyó durante el gobierno de Ricardo Manuel Arias Espinosa y es el 14 de julio de 1956, cuando se abren las puertas del Hipódromo Presidente Remón, con la presencia de Arias Espinoza que entregó la Copa Inauguración acompañado del Presidente electo Ernesto De La Guardia.
El complejo hípico fue bautizado en honor a quién en vida fuera propulsor del turf panameño, al punto de ser el encargado de ese nuevo escenario. El destino y las conspiraciones políticas de la época, le arrebataron la vida a Remón Cantera sin que este pudiera disfrutar de sus carreras de caballos en una de sus mayores obras.