La NBA enfrenta una crisis de credibilidad tras una operación del FBI que expuso vínculos entre apuestas ilegales y figuras de la liga. El caso ha sacudido los cimientos de uno de los deportes más emblemáticos de Estados Unidos; con implicaciones que van más allá de las canchas.
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La operación del FBI terminó con 31 detenidos, entre ellos figuras de la NBA: Terry Rozier, Chauncey Billups y Damon Jones (por los momentos) y miembros de las familias Bonanno, Gambino, Genovese y Lucchese. El entramado tocaba muchas áreas del juego.
El esquema incluía manipulación de estadísticas, tecnología de fraude, afectando directamente la credibilidad del baloncesto profesional en Estados Unidos. El fiscal Joseph Nocella calificó el caso como uno de los más descarados desde la legalización del juego digital.
¿Cómo entró la Cosa Nostra en la NBA?
La infiltración de la Cosa Nostra en la NBA fue el resultado de una red que operó durante años. Las familias: Bonanno, Gambino, Genovese y Lucchese, usaban partidas de póker clandestinas como fachada; atrayendo figuras deportivas a eventos amañados en Miami, Las Vegas y Manhattan.
El esquema se sofisticó con tecnología de fraude: lentes de contacto especiales y mesas de rayos X permitían leer cartas en tiempo real. A cambio de ganancias compartidas, los deportistas involucrados ofrecían acceso, legitimidad e información privilegiada sobre juegos de la liga.
Terry Rozier es uno de los casos más llamativos, acusado de manipular su rendimiento en un partido tras un pico de apuestas sospechosas. Chauncey Billups, por su parte, habría participado en partidas amañadas junto a mafiosos y apostadores profesionales.
Impacto simbólico: ¿cómo se blinda la NBA tras el golpe mafioso?
La NBA enfrenta una crisis de integridad que trasciende lo judicial. El vínculo con la mafia obliga a revisar protocolos internos, reforzar controles sobre apuestas y blindar el acceso a información sensible. La transparencia es una exigencia institucional urgente.
El escándalo marca un antes y un después en la relación entre deporte y crimen organizado. La liga deberá fortalecer su sistema de monitoreo, educar a sus figuras sobre riesgos legales y redefinir su vínculo con casas de apuestas para evitar futuros casos.
