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Las monedas de 25 centavos de Estados Unidos, conocidas como quarters, circulan diariamente sin llamar la atención, sin embargo, algunos ejemplares pueden representar mucho más que su valor nominal.
Expertos en numismática aseguran que ciertas piezas con errores de fábrica, acuñaciones raras o series limitadas pueden alcanzar precios que superan los $8,000 en el mercado de coleccionistas.
Breve historia del “quarter” estadounidense
El cuarto de dólar tiene una historia que se remonta al siglo XVIII, aunque su producción masiva comenzó en los años 1830. En 1932, la Casa de la Moneda incorporó el retrato de George Washington, figura que se mantiene hasta hoy, además, las monedas emitidas antes de 1964 fueron elaboradas con plata, lo que incrementa su atractivo y valor por el contenido metálico y su rareza.
Las ediciones más valiosas y buscadas
Algunas versiones de estas monedas se han convertido en verdaderas joyas numismáticas. Entre las más destacadas se encuentran:
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1943 con error de doble acuñación: puede alcanzar hasta $8,500 si está en excelente estado.
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1932-D: cotizada entre $225 y $525, según su conservación.
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1932-S: con una emisión limitada a 408,000 piezas, alcanza más de $360 en buen estado.
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1934 con doble acuñación: valorada en $440.
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1950-D/S y 1950-S/D: presentan errores de sobreacuñación con precios entre $220 y $325.
Cómo se determina el valor de cada moneda
El precio de un quarter depende principalmente del estado de conservación, medido en una escala del 1 al 70. Una pieza bien cuidada, sin rayones ni desgaste, puede triplicar su valor. También influyen factores como la rareza del año de acuñación, los errores visibles, y el material utilizado. En el mundo del coleccionismo, cada detalle cuenta y puede marcar una gran diferencia en el precio final.
Algunos ejemplares de estas monedas han alcanzado cifras asombrosas. Un quarter de 1932, por ejemplo, se vendió en una subasta por $143,000, debido a su rareza y a su estado casi perfecto. Estos casos demuestran que incluso una moneda aparentemente común puede transformarse en una valiosa pieza de colección si conserva sus detalles originales y pertenece a una tirada escasa.