La apertura de Alligator Alcatraz, el nuevo centro de detención de migrantes inaugurado por Donald Trump en los Everglades de Florida, prometía ser un símbolo de fortaleza y seguridad. Las autoridades aseguraron que el complejo, ubicado en un aeródromo aislado, estaba construido para resistir huracanes de categoría 2, con estructuras diseñadas para soportar vientos de hasta 120 mph y tormentas extremas.
NOTAS RELACIONADAS
Sin embargo, esta misma semana las primeras imágenes compartidas en redes sociales mostraron un grave descuadre entre lo prometido y lo que realmente ofrece el lugar.
Inundaciones revelan grietas en el mito de resistencia
Un video viralizado en redes sociales por el periodista Jason Delgado muestra cómo una fuerte lluvia de verano, nada fuera de lo común, provocó filtraciones que inundaron los contenedores temporales del centro. Se trató de una tormenta veraniega típica en el sur de la Florida, pero el agua entró por el techo y se deslizó por algunos portales, alcanzando incluso cables eléctricos.
Esta evidencia contradice directamente las declaraciones oficiales. Funcionarios afirmaban que las instalaciones podían soportar huracanes de categoría 2, pero día y medio después de su inauguración, una lluvia ligera dejó claro que no estaban preparadas para albergar internos bajo condiciones mínimas de seguridad y habitabilidad. El incidente tuvo lugar apenas horas después de que Trump recorriera la instalación junto al gobernador Ron DeSantis y la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem.
Reacción oficial y críticas ambientales
Tras la filtración, la División de Manejo de Emergencias de Florida informó que trabajadores regresaron durante la noche para reforzar llas estructuras temporales y asegurar que el problema fuera "mínimo". Pero esta respuesta no calmó las críticas. Varios congresistas demócratas condenaron el centro como “precario, insalubre y sobrepoblado”, advirtiendo sobre las consecuencias humanitarias y sanitarias que podrían derivar de condiciones tan endebles.
De forma paralela, la instalación enfrenta también demandas legales por parte de grupos indígenas y organizaciones ambientales, que alegan construcción acelerada e invasiva en una región protegida sin los estudios de impacto ambiental adecuados. Este vídeo de inundación proporciona una imagen concreta de las deficiencias del plan, forzado por decisiones políticas y cargado de controversia.
En contraste con lo prometido, los problemas estructurales evidencian una instalación precaria. Dificultan no solo la calidad de vida de los detenidos—quienes podrían enfrentar moho, eléctricos húmedos o aparatos que dejen de funcionar—sino también la credibilidad de un proyecto que fue impulsado rápidamente sin las revisiones técnicas necesarias.