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Tras la proclamación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se han establecido restricciones para la entrada de ciudadanos venezolanos como medida de seguridad nacional. La administración argumenta que estas limitaciones son necesarias debido a fallas en la verificación de antecedentes, altas tasas de permanencia irregular y la falta de cooperación del gobierno venezolano en procesos de deportación.
La suspensión abarca a ciudadanos con visas de no inmigrante como B-1 (negocios), B-2 (turismo), B-1/B-2 combinada, F (estudiantes), M (vocacionales) y J (intercambio), así como la reducción de validez de otras visas emitidas previamente. Esto impacta principalmente a quienes tenían planeado viajar a EEUU para turismo, estudios o negocios.
Venezolanos autorizados para ingresar a Estados Unidos
Titulares de visas B1, B2 o F aprobadas antes del 9 de junio de 2025.
Familiares inmediatos de ciudadanos estadounidenses con visas IR-1, CR-1, IR-2, CR-2 e IR-5, siempre que presenten prueba de parentesco.
Residentes permanentes legales (Green Card) y quienes tengan doble nacionalidad en un país no restringido.
Niños adoptados internacionalmente con visas IR-3, IR-4, IH-3 o IH-4.
Funcionarios y personal internacional exentos
La proclamación no afecta a diplomáticos ni a personal de organismos internacionales. Entre las visas exentas destacan:
A-1 y A-2: diplomáticos y funcionarios acreditados.
C-2 y C-3: personal en tránsito o visitas oficiales.
G-1 a G-4: representantes de gobiernos y organizaciones internacionales.
NATO-1 a NATO-6: personal relacionado con la OTAN.
Estas medidas garantizan que los venezolanos con vínculos familiares directos o funciones diplomáticas puedan continuar sus viajes a Estados Unidos. También protegen a quienes buscan reunificación familiar, educación o participación en actividades oficiales internacionales, pese a la suspensión general de visas.