La política estadounidense ha tomado un rol protagónico en la organización del Mundial 2026, un evento que tendrá a Estados Unidos como uno de sus principales anfitriones y que se desarrollará del 11 de junio al 19 de julio.
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El presidente Donald Trump sugirió el martes 14 de octubre que podría retirar los partidos de la Copa del Mundo de la FIFA del Estadio Gillette debido a "condiciones inseguras" en Massachusetts. El mandatario advirtió que si la ciudad no logra asegurar condiciones adecuadas de seguridad y orden público, podría perder su condición de sede, lo que generó un intenso debate tanto a nivel local como nacional.
Este pronunciamiento se produce en un momento clave de la planificación del torneo, cuando las sedes designadas afinan detalles logísticos y de infraestructura para recibir a miles de aficionados de todo el mundo. Cabe destacar que, la seguridad, en particular, se ha convertido en uno de los temas más sensibles de cara a la próxima cita mundialista.
Presidente de Estados Unidos podría quitar sedes en el Mundial 2026
Las palabras de Trump no solo han encendido la polémica política, sino que también han aumentado la presión sobre los gobiernos estatales y municipales para garantizar que el evento se desarrolle sin contratiempos.
Si alguien está haciendo un mal trabajo y siento que hay condiciones inseguras, llamaría a Gianni, el director de la FIFA, que es fenomenal, y le diría: 'Movámoslo a otro lugar", declaró el mandatario de los Estados Unidos.
La advertencia presidencial podría tener un impacto significativo en el desarrollo del torneo en territorio estadounidense. Si bien la FIFA aún no ha emitido comentarios oficiales al respecto, la posibilidad de modificar sedes a menos de un año del evento generaría complicaciones logísticas y tensiones diplomáticas.