En el deporte de élite, los récords se persiguen y se celebran, pero hay una marca que nadie desea poseer. El pívot de los New York Knicks, Mitchell Robinson, se encuentra actualmente en el centro de un dato estadístico profundamente preocupante: ostenta el PEOR porcentaje de tiros libres en la historia de la NBA, con un abrumador 17.6%.
NOTAS RELACIONADAS
Esta cifra no solo es alarmante por sí misma, sino que pone en perspectiva la magnitud de su lucha desde la línea de castigo, superando con creces la marca que se consideraba el mínimo histórico. El registro anterior del porcentaje más bajo en una temporada lo tenía el icónico defensor Ben Wallace, quien registró un 33.6% en la temporada 2000-2001.
La Distancia Abismal del 17.6%
Para entender la gravedad del récord actual de Robinson (17.6%), es crucial compararlo con la marca previa. El porcentaje de 33.6% de Ben Wallace fue un punto de referencia de ineficiencia durante más de dos décadas. El desempeño de Robinson lo sitúa a una distancia abismal de casi 16 puntos porcentuales por debajo de ese mínimo histórico.
Aunque el porcentaje de tiros libres de un pívot a menudo es inferior al del resto de la plantilla, la marca de Robinson está teniendo un impacto directo y perjudicial en la estrategia ofensiva de los Knicks y en su rendimiento en los finales de partido.
"Ver a Mitchell Robinson fallar la inmensa mayoría de sus tiros libres ha creado un problema táctico grave. Los equipos rivales no dudan en usar la estrategia del Hack-a-Robinson en los momentos clave, sabiendo que es una apuesta segura para detener el reloj y obtener la posesión," comentó un periodista deportivo de la ciudad de Nueva York.
Consecuencias Tácticas: El Retorno del "Hack"
El paupérrimo porcentaje de tiros libres de Robinson ha resucitado con fuerza la controversial táctica del "Hack-a-Shaq", rebautizada en este caso como "Hack-a-Robinson". Los entrenadores rivales han encontrado un arma sumamente efectiva en forzar a Robinson a ir a la línea de castigo, lo que efectivamente descarrila el ritmo ofensivo de los Knicks y les otorga la posesión con alta probabilidad de fallos.
-
Frenado del Ritmo: Cuando los Knicks están en racha ofensiva, el "hack" interrumpe el flujo y permite a la defensa organizarse.
-
Presión en el Banquillo: La situación obliga al entrenador a considerar seriamente sentar a Robinson en los minutos finales de los partidos apretados, limitando el impacto defensivo y reboteador de uno de sus mejores jugadores.
-
Carga Mental: La presión psicológica sobre Robinson en la línea es inmensa, un factor que agrava su ya deficiente mecánica.
Ben Wallace y el Contexto Histórico
El registro de Ben Wallace (33.6% en 2001), aunque históricamente bajo, se enmarcaba dentro de una carrera legendaria basada en su dominio defensivo y su capacidad de rebote. Wallace, al igual que Robinson, compensaba su ineficiencia ofensiva con su impacto en el otro extremo de la cancha.
Sin embargo, el baloncesto moderno exige una mayor versatilidad ofensiva, y el 17.6% de Robinson lo coloca en una categoría de vulnerabilidad táctica que amenaza con eclipsar sus innegables talentos como protector del aro y reboteador ofensivo.