Endrick, el nuevo joven prodigio del Real Madrid, está en boca de todos. Con un estilo que genera comparaciones con leyendas del fútbol, como Cristiano Ronaldo y Bobby Charlton, este brasileño se ha convertido en una figura fascinante en el mundo del fútbol. No solo porque su apodo, “Bobby”, es un guiño a sus ídolos, sino porque su capacidad goleadora lo distingue en un equipo lleno de estrellas.
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Goleador a pesar de la falta de minutos
A menudo, un futbolista necesita continuidad para demostrar su valía, pero Endrick ha desafiado esta noción. Con apenas 291 minutos acumulados esta temporada, el brasileño ha marcado cuatro goles, destacándose con un promedio impresionante de un gol cada 72 minutos.
Esto no solo lo coloca como el tercer mejor goleador en Europa, por detrás de Patrik Schick (gol cada 67′) y Keke Topp (gol cada 62)′, sino que también revela su capacidad para convertir en goles prácticamente cada oportunidad que se le presenta.
A pesar de la falta de tiempo en el campo, Endrick ha dejado claro que su don para marcar goles es innato. Su doblete contra el Celta fue una obra maestra, con un espectacular zurdazo que primero empató el partido y un astuto tanto de tacón que selló la victoria. “No estaba mirando a la portería”, confesó modestamente tras el partido, resaltando su naturaleza casi instintiva como goleador.
Mensaje al cuerpo técnico
Sin embargo, la situación de Endrick ha sido un tema de discusión. Carlo Ancelotti ha reconocido que, aunque el joven delantero necesita minutos, no siempre es sencillo integrarlo en un equipo repleto de estrellas como el Real Madrid. Ancelotti mencionó que, “hay que pensar en que es un jugador muy joven, que tiene que adaptarse”. Esta evaluación, aunque comprensible, plantea un dilema en torno a la gestión del talento.
Su relación con el entrenador es fría. Pero profesional. “No hablo mucho con el mister, pero el primer día ya me dijo que lo más importante aquí es trabajar... y sabe que lo estoy haciendo todos los días. Le doy las gracias, porque ha sido una gran persona para mí”, zanjó. Y se marchó del Bernabéu. Con el rostro serio, así es él. Pero en el alma, aquello de “me encanta que los planes salgan bien”.
Endrick mismo ha mostrado una comprensión admirable de su situación. “No esperaba más”, comentó tras el partido, reconociendo que el entrenador busca lo mejor para el equipo en su conjunto. Su disposición a trabajar duro, incluso cuando los minutos son escasos, habla de su carácter y determinación.
El impacto de Endrick en el Real Madrid va más allá de sus estadísticas. Es un símbolo de esperanza y potencial para un club que busca consolidar su dominio en el fútbol europeo. La forma en que se ha afianzado en un equipo tan competitivo, destacando incluso con limitadas oportunidades, sugiere que estamos ante un jugador destinado a brillar.
La relación con sus compañeros, especialmente con Rüdiger, ha sido clave en su desarrollo. Endrick ha mencionado que su compañero le ofrece constantemente el tipo de crítica constructiva que necesita para seguir mejorando. “Siempre he puesto una cosa en mi cabeza desde que jugaba en Palmeiras: si juego dos minutos, lo voy a dar todo por el equipo”, afirmó, reflejando su mentalidad enfocada en el trabajo duro y la dedicación.