La jornada de Eliminatorias Europeas rumbo a la Copa Mundial de la FIFA 2026 dejó, además de resultados cruciales, una de las anécdotas más insólitas y divertidas de la clasificación. El encuentro entre Gales y Bélgica en el Cardiff City Stadium se vio interrumpido por un invasor de campo inesperado: una rata.
NOTAS RELACIONADAS
El suceso, que rápidamente se viralizó en redes sociales, ocurrió en un momento de pausa del juego. Mientras el balón se encontraba lejos de la portería belga, el guardameta Thibaut Courtois se percató de la presencia de un roedor que cruzaba el césped a toda prisa, justo cerca de su área.
Un intruso en el Cardiff Stadium
Lejos de mostrarse asustado, el gigante portero del Real Madrid y de la selección belga decidió tomar cartas en el asunto. En una imagen que generó carcajadas en las gradas y entre los comentaristas, Courtois se inclinó y, con sus imponentes guantes, intentó atrapar a la rata.
Sin embargo, el veloz roedor demostró ser un rival demasiado ágil. La rata logró escabullirse de las manos del guardameta con una rapidez asombrosa, dejando al considerado "mejor portero del mundo" en una cómica posición de frustración.
El animal finalmente escapó del terreno de juego por uno de los laterales del campo, poniendo fin a la breve pero surrealista interrupción. El curioso momento fue capturado por las cámaras y sirvió como un alivio cómico en medio de un partido de alta tensión competitiva.
Victoria clave de Bélgica
Más allá de la anécdota, el partido ofreció un resultado de gran importancia para el Grupo J de las Eliminatorias. Bélgica se impuso a Gales con un marcador de 4-2, sumando tres puntos vitales que consolidan su posición en la cima de la tabla y los acercan significativamente a la clasificación para el Mundial 2026.
Los goles de la victoria belga incluyeron un doblete de penalti de Kevin De Bruyne, además de las anotaciones de Thomas Meunier y Leandro Trossard. La victoria de los "Diablos Rojos" garantiza que la única frustración de la noche para Thibaut Courtois haya sido, irónicamente, no lograr atrapar a su diminuto invasor de campo.