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Halloween o la “Noche de Brujas”, se celebra en Venezuela cada 31 de octubre, cuando las casas y locales se adornan con temática terrorífica que incluye: calaveras, telas de arañas, murciélagos, brujas y calabazas.
Aunque sus orígenes se remontan a la cultura celta, en muchos países de Latinoamérica se ha arraigado la celebración y ha ganado cada vez más popularidad, principalmente en: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, México, Panamá y Perú. Además, se trata de una festividad que comparte las mismas tradiciones que en América del Norte.
En Venezuela, representa una ocasión más para celebrar, como parte del espíritu entusiasta que caracteriza a su población. En este sentido, diferentes centros comerciales decoran sus espacios con elementos que evocan la celebración. No es de extrañar que, con el adelanto de las fiestas navideñas, en este año puedan verse calabazas, brujas y esqueletos junto a cascanueces, Santa Claus y árboles de Navidad.
Esta festividad, ha permitido promover el sector socio-productivo del país, fomentando la actividad comercial mediante la venta de disfraces, artículos y decoraciones aterradoras. Desde días previos, los comerciantes se preparan en tiendas, establecimientos y locales, ofreciendo productos alusivos para los aficionados de esta celebración.
De igual modo, se puede apreciar en las calles a los niños y adultos disfrazados de brujas, superhéroes, payasos, vampiros, fantasmas, monstruos y mucho más. Algunos, prefieren llevar a cabo fiestas en sus hogares, convirtiéndolo en una fecha especial para compartir con familiares y amigos, en ellas suelen deleitarse con platillos y galletas decoradas al mejor estilo de Halloween.
En algunas localidades, específicamente en el interior del país, algunos niños realizan el recorrido casa por casa, para recolectar la mayor cantidad de golosinas y dulces. Esta actividad debe ser supervisada por un representante o familiar, para garantizar la seguridad y protección de los más pequeños.
Mientras que otras personas, deciden no festejar esta celebración por motivos religiosos, o porque consideran que no forma parte de la cultura latinoamericana. En cambio, prefieren apegarse a la solemnidad cristiana del Día de Todos los Santos, que tiene lugar cada 1 de noviembre, siendo un día propicio para visitar y llevar flores al cementerio para los familiares fallecidos.
Finalmente, la mayoría de los venezolanos aprovechan la ocasión para divertirse y entretenerse en compañía de familiares y amigos, y suelen lucir sus más creativos y llamativos disfraces durante esta noche que promete ser la más terrorífica del año.