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Una de las características más interesantes de los eclipses es que los de luna se pueden ver en toda la Tierra, mientras que aquellos de sol son más complicados para verlos, sobre todo porque solo se ven en una franja de la Tierra, además, se pueden ver con ciertas protecciones en la vista y sin mirar directamente al sol.
Los eclipses son fenómenos astronómicos bastante peculiares en los que la Luna y el Sol se alinean de una forma en la que la luz de una de ellas se ve bloqueada por uno de los cuerpos celestes, y pueden ocurrir de forma parcial o total.
El primer eclipse del año llegará en marzo y será un eclipse penumbral de Luna casi total, lo cual quiere decir que la Luna entrará en el área penumbral en casi un 96%. Este evento es de los menos llamativos de esta clase, puesto que ocurre cuando la Luna pasa por la penumbra terrestre, generando oscurecimiento del disco lunar.
Este eclipse ocurrirá entre el 24 y el 25 de marzo y será visible en gran parte de Europa, en el norte de Asia, gran parte de Australia, de África, parte de la Antártida y en toda América. Se podrá ver también desde el Océano Pacífico, Atlántico y parte del Ártico.
El 8 de abril ocurrirá el siguiente eclipse y será total de Sol, que es mucho más espectacular para observar. Se trata de un eclipse donde la Tierra, el Sol y la Luna se alinean de una forma perfecta en la que la Luna tapa completamente al sol y el día se hace de noche.
Este tipo de eclipses es mucho más raro y difícil de observar en gran parte de la Tierra, porque puede ser visible en su totalidad en una franja del globo terrestre conocida como “el camino de la totalidad”. En el caso de este fenómeno que ocurrirá este 8 de abril, ese camino de la totalidad pasará por México entre Sinaloa y Coahuila, por Estados Unidos entre Texas y Maine, y por Canadá desde Ontario hasta Terranova.
El eclipse será visible de forma parcial en casi toda América del norte y una parte de Europa Occidental. El siguiente eclipse será parcial de Luna y podrá ser visible entre 17 y el 18 de septiembre, pero como será parcial, no se verá la luna de sangre entera.
Podrá verse en Europa, gran parte de Asia, en África, la mayor parte de América y Antártida y especialmente en los océanos Pacífico, Atlántico, Índico, Ártico y Antártico. Finalmente, el último eclipse del año ocurrirá el próximo 2 de octubre y será de sol. Durante este eclipse se podrá ver el llamado anillo de fuego, que es el halo de luz que queda mientras la luna tapa al sol.
La visibilidad de este eclipse comenzará en el Pacífico y avanzará por todo el territorio del sur de América, por lo cual será visible en el sur de Argentina y Chile, sobre todo. También podrá ser visto parcialmente en otras latitudes de América del Sur, incluyendo el sur de Brasil y el norte de Chile.