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En un movimiento que redefine el panorama financiero mundial, once países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) han decidido eliminar el uso del dólar estadounidense en sus transacciones internacionales.
Esta medida marca un punto de inflexión hacia la independencia monetaria, al dejar atrás una moneda que durante décadas fue el eje de la economía global. Los gobiernos involucrados aseguran que el cambio busca proteger sus economías y dar mayor valor a sus divisas nacionales.
Los países que forman parte de esta transformación son: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Ucrania.
Estas naciones, integrantes de la CEI, anunciaron que sus operaciones transfronterizas dejarán de realizarse en dólares y pasarán a efectuarse en monedas locales o alternativas, con ello, esperan fortalecer su soberanía económica y disminuir el impacto de sanciones internacionales que, en los últimos años, han afectado sus sistemas financieros.
Este fenómeno de desdolarización se aceleró tras las sanciones económicas impuestas a Rusia en 2022, a partir de entonces, varios países comenzaron a cuestionar su dependencia del dólar como moneda dominante. La decisión de la CEI no solo busca un cambio operativo, sino también estratégico: establecer un sistema financiero más equilibrado y menos susceptible a presiones políticas o económicas externas.
La salida del dólar en estos once países representa una señal clara de cambio en el orden financiero global, si la demanda de esta divisa disminuye en las transacciones internacionales, su valor y papel como moneda de reserva podrían verse comprometidos. Analistas prevén que, si otras economías emergentes adoptan estrategias similares, se configuraría un escenario multipolar, donde ninguna moneda tendría el dominio absoluto.