El litoral californiano se ve afectado por poderosas olas de entre 30 y 40 pies de altura, generando una alerta emitida por el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) para cerca de seis millones de residentes. La costa, desde San Francisco hasta Los Ángeles, experimenta inundaciones, y las autoridades advierten a los residentes que eviten el agua hasta al menos el sábado 30 de diciembre.
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Este fenómeno, apodado "Giant Wave", se atribuye a un sistema de tormentas de baja presión que avanza por el Océano Pacífico, particularmente por el sur de California. La combinación de velocidad del viento, alcance y duración de las tormentas es clave para el desarrollo de olas excepcionalmente altas.
Según el San Francisco Chronicle, un alcance prolongado del viento sobre el océano permite la transferencia de energía al agua, creando olas más grandes. La velocidad del viento es esencial, ya que a mayor velocidad, se transfiere más energía al agua. La presencia de una tormenta actual en el Océano Pacífico contribuye a vientos intensos, generando oleajes impresionantes.
El "Giant Wave" en California se debe a condiciones meteorológicas que favorecen la formación de olas extraordinariamente altas, proporcionando un espectáculo impresionante en las costas, pero también exigiendo precaución y medidas de seguridad por parte de la población afectada.