En una emotiva rueda de prensa previa al próximo enfrentamiento de los Golden State Warriors, el entrenador jefe Steve Kerr compartió sus sentimientos más profundos sobre la partida de uno de los pilares fundamentales de la dinastía de la Bahía: Klay Thompson.
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Con una franqueza poco común en el mundo del deporte profesional, Kerr admitió el vacío que ha dejado la ausencia del escolta estrella, quien ahora viste los colores de un rival directo. Las palabras del técnico resonaron con fuerza entre los medios presentes, subrayando que el impacto de Thompson va mucho más allá de las estadísticas en la cancha.
Un Vínculo Inquebrantable
"Nunca me acostumbraré a ver a Klay en el otro bando", confesó Kerr visiblemente conmovido. "Extraño a Klay. Desearía que todavía estuviera aquí". Estas declaraciones ponen de manifiesto la profunda conexión humana que se forjó durante una década de triunfos, desafíos y cuatro campeonatos de la NBA compartidos.
Para Kerr, Thompson no era solo un jugador con un tiro exterior legendario, sino una parte integral del tejido cultural de los Warriors. Su ética de trabajo, su resiliencia tras graves lesiones y su personalidad única lo convirtieron en un favorito tanto del cuerpo técnico como de la afición en el Chase Center.
El Desafío de una Nueva Era
La partida de Klay marca el fin oficial de una era dorada. Aunque los Warriors continúan su camino con una nueva configuración, la sombra de los "Splash Brothers" sigue proyectándose sobre la franquicia. Kerr reconoció que, aunque el deporte profesional exige adaptación y movimiento, hay ausencias que simplemente no se pueden llenar.
"Es extraño preparar un plan de juego sabiendo que él está del otro lado", añadió el entrenador. La transición ha sido un proceso de duelo tanto para el equipo como para la ciudad de San Francisco, que vio crecer a Klay desde su llegada como novato hasta convertirse en una leyenda viviente.
