Stephen Curry, la superestrella de los Golden State Warriors, se consolida como el gran némesis de los Portland Trail Blazers en la NBA, al mantener una racha histórica de más de cuatro años sin perder un solo encuentro contra la franquicia de Oregón.
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Este dominio, que abarca la temporada regular y la postemporada, es un testimonio de la hegemonía de Curry y los Warriors, y de la marcada diferencia de nivel que se ha cimentado en la Conferencia Oeste durante el último lustro.
Un Muro Infranqueable desde 2021
La última vez que Stephen Curry y sus Golden State Warriors cayeron derrotados ante los Blazers se remonta a una fecha anterior a la primavera de 2021. Desde entonces, el dos veces MVP ha convertido cada enfrentamiento contra Portland en una virtual garantía de victoria, transformando el Moda Center y el Chase Center en escenarios de su implacable dominio.
Esta racha no es solo un dato estadístico, sino el reflejo de la superioridad individual de Curry, quien eleva su juego de manera notable contra este rival divisional. Sus actuaciones en este periodo se han caracterizado por un despliegue ofensivo arrollador, con porcentajes de tiro elevados y una capacidad constante para cerrar partidos.
Para los Blazers, enfrentarse a Curry se ha convertido en una prueba de fuego psicológica y deportiva que, de forma consistente, han sido incapaces de superar.
Más Allá de los Números: Un Dominio Psicológico
La racha inmaculada de Curry no se limita a los triunfos ajustados. Muchos de estos partidos han terminado en abultadas victorias para Golden State, consolidando un patrón de superioridad que podría tener profundas implicaciones psicológicas en futuros enfrentamientos entre ambos equipos.