El beisbol femenino se ha convertido en un nuevo referente del deporte nacional, no solo por conquistar el título panamericano, sino por la resiliencia y el carácter que mostraron en el camino. Tras una final de película, la capitana del equipo, Siri Arciniega, y el coach de banca, Mario Paiva, analizan el histórico triunfo y revelan los ambiciosos planes para el próximo Mundial.
Un título forjado en la adversidad
El camino a la gloria no fue sencillo. En la gran final del Panamericano, las criollas se enfrentaron a un escenario adverso. Según relató Siri Arciniega, vivieron un carrusel de emociones: “íbamos ganando y ya luego nos voltearon el juego”. Sin embargo, la determinación del equipo fue inquebrantable, culminando en un dramático regreso que se tradujo en una victoria y una explosión de alegría.
Para el coach Mario Paiva, la clave fue la disciplina y el trabajo en equipo, destacando que el triunfo no fue solo de las jugadoras. La hazaña tuvo un significado especial al ser la primera vez que la manager Cindy Anzola conseguía un campeonato, y al ser la primera experiencia para varios miembros del cuerpo técnico. Jugar en casa, con el apoyo de la fanaticada y la familia, fue un factor motivacional que, según Paiva, "no tiene precio".
Meta en el horizonte: El podio mundial y el desafío de Japón
El triunfo en el Panamericano no es el final, sino el inicio de un nuevo desafío. Con el título, la selección venezolana aseguró su boleto al Mundial 2026. El reto es monumental: no solo se trata de participar, sino de ascender en el escalafón mundial.
Actualmente, Venezuela ocupa el 4º puesto en el ranking mundial, por detrás de potencias como Japón, Estados Unidos y Canadá. El objetivo es claro y contundente: entrar en el podio. "Tenemos que ir doblemente reforzados", aseguró Paiva, quien aseguro que ya se presentó un proyecto para que la preparación comience en diciembre. El plan incluye un riguroso seguimiento a las jugadoras cada dos meses para evaluar su rendimiento y fortalecer las áreas que lo necesiten.
La capitana Arciniega se muestra motivada por el reto, especialmente por la meta de arrebatarle el primer lugar a Japón, el campeón histórico. “Se nos viene algo grande, un compromiso aún mayor con el equipo, con el país, con nosotras mismas”, afirmó.
El talento individual al servicio del equipo
El éxito de la selección va más allá del colectivo. La capitana Siri Arciniega, además de su liderazgo, fue reconocida por su extraordinario desempeño al ser incluida en el equipo ideal del torneo como la mejor Centerfield. Sin embargo, Arciniega enfatiza que el reconocimiento es un reflejo del trabajo duro y la dedicación al equipo.
Por su parte, el coach Paiva destacó la importancia de la preparación psicológica y estratégica para que las jugadoras siempre estén listas. Además, ambos resaltaron la labor de talentos jóvenes como María Ángeles Durán y Génesis Jiménez, quienes con apenas 16 años, ya forman parte de la selección adulta. Este hecho es una muestra del prometedor futuro del béisbol femenino venezolano.
El mensaje final para las jóvenes promesas es unánime: la disciplina, el trabajo arduo y la confianza en uno mismo son la clave para alcanzar los sueños. Las campeonas han demostrado que, con la mezcla correcta de talento, estrategia y pasión, el podio mundial no es solo un sueño, sino una meta alcanzable.