El Seguro Social en Estados Unidos ha anunciado que seguirá enviando cheques en papel a ciertos jubilados y beneficiarios, a pesar de su plan inicial de eliminar este método de pago a partir de septiembre de 2025. Esta reversión responde a la necesidad de proteger y facilitar el acceso a los pagos para personas vulnerables o con acceso limitado a la tecnología bancaria.
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Jubilados y beneficiarios que mantendrán cheques en papel
Aunque el gobierno intentó promover un sistema completamente digital para el pago de beneficios del Seguro Social, se reconoció que un grupo minoritario, pero significativo, de beneficiarios no tiene acceso a cuentas bancarias ni a los sistemas electrónicos necesarios para recibir pagos vía depósito directo o tarjetas prepagas como la Direct Express. En particular, los jubilados mayores de 90 años, personas con discapacidades mentales y quienes residen en zonas remotas sin acceso a servicios bancarios podrán solicitar continuar recibiendo sus cheques en papel.
Esta excepción fue confirmada luego de la presión política encabezada por la senadora Elizabeth Warren, que dialogó con el comisionado de la SSA, Frank Bisignano. El compromiso oficial fue que nadie que necesite seguir recibiendo pagos por cheque físico se quedaría sin esa opción. Se calcula que alrededor de 600,000 beneficiarios continúan dependiendo de esta modalidad, lo que representa cerca del 0.8% del total, cifra que aunque pequeña, tiene un gran impacto en quienes dependen exclusivamente de ese formato para su subsistencia.
Razones y proceso para la transición digital
El cambio hacia pagos electrónicos obedece a varios motivos importantes. Principalmente, se busca reducir el riesgo de fraude, ya que los cheques en papel tienen un riesgo 16 veces mayor de robo o pérdida en comparación con las transferencias electrónicas. Además, los costos asociados a la emisión de cheques físicos (aproximadamente 50 centavos por cheque) son significativamente mayores que los pagos digitales (menos de 15 centavos), generando así un ahorro millonario para el gobierno federal.
La SSA continúa promoviendo el uso de depósitos directos y la tarjeta Direct Express, especialmente para aquellos que aún no tienen una cuenta bancaria. Sin embargo, se estableció una línea de exención donde las personas que cumplan con los criterios de vulnerabilidad mencionados pueden solicitar mantener sus cheques en papel llamando al número oficial del Tesoro o completando un formulario online y enviándolo por correo.
Esta medida garantiza un equilibrio entre modernización tecnológica y protección social, atendiendo a las necesidades de los grupos más débiles y asegurando que todos los jubilados y beneficiarios puedan seguir recibiendo sus pagos sin interrupciones ni exclusiones.
Aunque la tendencia del Seguro Social es migrar hacia pagos electrónicos por razones de seguridad y eficiencia, se mantiene el compromiso de que los jubilados mayores de 90 años, personas con discapacidades mentales y quienes viven en áreas remotas pueden conservar el acceso a sus beneficios en formato cheque en papel, garantizando así una prestación inclusiva y adaptable a las realidades particulares de cada beneficiario.