En el territorio estadounidense, las operaciones de Immigration and Customs Enforcement (ICE) han cobrado un carácter más agresivo en 2025. Las ciudades que tradicionalmente han sido consideradas "santuario" para los inmigrantes –como Los Ángeles, Chicago, Phoenix, Miami, Atlanta, Denver y varias urbes de Texas– han sido foco principal de redadas migratorias a gran escala.
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Chicago, epicentro de operativos recientes
Chicago, pese a su condición de ciudad santuario, se ha convertido en uno de los epicentros de estos operativos. Agentes federales desplegaron múltiples equipos en distintos puntos de la ciudad, arrestando a personas con antecedentes graves como asesinato o agresión sexual agravada, así como miembros de pandillas. Esta estrategia refleja una intensificación en la búsqueda de inmigrantes con historial penal, a pesar de las posturas de rechazo de las autoridades locales.
Otras ciudades en el radar del ICE
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Los Ángeles, Filadelfia, Phoenix, Denver, Miami, Atlanta y varias ciudades de Texas han sido mencionadas como escenarios de operativos masivos recientes.
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En Texas, un solo día de acción en localidades como Dallas, Irving, Arlington, Fort Worth y el condado de Collin dejó más de 80 arrestos efectuados.
California, epicentro de redadas e impacto económico en el sector agrícola
California se ha destacado por un aumento significativo en las redadas del ICE durante los meses recientes. Entre el 6 y el 20 de julio, se registraron 471 operativos en el sur del estado, especialmente en zonas densamente habitadas por inmigrantes: Pico Rivera, Hollywood, el sur y el centro de Los Ángeles fueron identificadas como las áreas más afectadas. Estos operativos ocurrieron en espacios cotidianos como escuelas, parques y residencias, lo que ha generado un intenso clima de miedo entre la comunidad latina.
Además, los sectores agrícolas del sur de California han sufrido consecuencias severas. Un análisis académico reciente estima que las redadas provocaron una reducción del 20 % al 40 % en la fuerza laboral campesina, causando pérdidas de entre 3.000 y 7.000 millones de dólares en cultivos, y un encarecimiento de frutas y verduras en un 5 % a 12 %. Los arrestos aumentaron de 699 en mayo a casi 2.000 en junio.
La situación no solo afecta vidas individuales, sino que también está erosionando cadenas de producción y generando un clima de incertidumbre generalizado. El impacto económico y social promete tener consecuencias duraderas si no se adoptan medidas legales y migratorias que reconozcan la importancia de estas comunidades.