Los Yankees eliminaron su política de prohibir las barbas a peloteros y empleados. Pero esto fue una práctica que duró casi 50 años en la organización.
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Desde 1976, los Yankees de Nueva York han mantenido una estricta política de apariencia que prohíbe las barbas y cualquier otro vello facial, excepto los bigotes. La norma exige también que el cabello de los jugadores no toque el cuello del uniforme.
Esta regla fue instaurada por el entonces propietario del equipo, George Steinbrenner, quien creía que establecer un estándar de apariencia fomentaría la disciplina dentro de la organización.
Cuando Steinbrenner adquirió la franquicia en 1973, comenzó a notar y registrar qué jugadores, a su juicio, necesitaban cortes de cabello. No fue sino hasta tres años después que la política fue oficialmente codificada.
Inspirado por los Rojos de Cincinnati, quienes habían prohibido el vello facial desde 1967, Steinbrenner implementó su propia versión con los Yankees, buscando uniformidad y profesionalismo.
Esta política ha ocasionado cambios drásticos en la apariencia de jugadores que se unieron a los Yankees tras jugar en otros equipos. Un caso notable fue Oscar Gamble, quien tuvo que recortar su característico afro. También ha generado controversias, como la suspensión de Don Mattingly en 1991 por negarse a cortarse el cabello.
La norma ha persistido incluso después de la muerte de Steinbrenner, con el respaldo de la familia que sigue manejando la franquicia. No obstante, ha sido objeto de críticas por parte de periodistas, especialistas en marketing y jugadores.
Figuras como Andrew McCutchen y Clint Frazier han expresado su desacuerdo tras salir del equipo, argumentando que la política restringe la autoexpresión de los jugadores.
Aunque algunos jugadores han cumplido con la regla sin problemas, otros, como Brian Wilson y David Price, han declarado que evitarían jugar con los Yankees mientras esta política siga vigente.