Aunque por lo general es la sección de los equipos que pasa más desapercibida, el bullpen es un elemento esencial para cualquier organización de las Mayores que desee aspirar a ganarlo todo, algo que los Rays de Tampa Bay llevan buscando desde que fundaron la franquicia en el año 1998.
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La actual temporada fue histórica para la franquicia que juega como local en el Tropicana Field, al iniciar con récord de 20 ganados y 3 perdidos y convertirse apenas en el sexto equipo de todos los tiempos que consigue tal marca en los primeros partidos de una fase regular.
Aunque estuvieron en rachas muy positivas en esos choques iniciales, algo en la gerencia de la organización preocupaba sobremanera: el bajo rendimiento del cuerpo de relevistas. En abril acumularon el segundo peor porcentaje de ponches de toda la liga con un 19 % y en mayo bajó hasta un 18 %. Igualmente, la unidad A registró una pésima efectividad de 6.23 en ese periodo; algo que hablaba muy mal de su desempeño colectivo.
No obstante, a partir de junio, el bullpen de los Rays dio un vuelco de calidad absoluto, presumiendo del porcentaje de ponches más alto de la Gran Carpa con 27 %. El estado de forma que han expuesto desde el sexto mes del año parece irreal, al punto que están cerca de presumir la mayor tasa de ponches para un bullpen desde 1969. En los tres meses más recientes han abanicado al 35.9 % de bateadores que han enfrentado, siendo esa la mejor cifra de la década.
La mejoría se ha debido a una renovación de caras en la nómina de relevistas realizada por el cuerpo técnico. Yonny Chirinos, Ryan Thompson, Garrett Cleavinger, Cooper Criswell, Calvin Faucher, Josh Fleming y Trevor Kelley son algunos de los nombres que estuvieron presentes a inicios de zafra y que, al día de hoy, no forman parte de la organización o están rondando en las filiales de MiLB.
Ahora bien, los brazos que se han encargado de llevar a los Rays a tener el mejor bullpen de la MLB son: Robert Stephenson, Jake Diekman, Pete Fairbanks, Colin Poche y Shawn Armstrong.
Con la mira puesta en quedarse con el Clásico de Otoño en los venideros playoffs, el equipo del oeste de la Florida confía ciegamente en los pitchers de relevo que tanta alegrías les han dado en la campaña regular.