La leyenda del tenis Mónica Seles ha revelado públicamente que fue diagnosticada con miastenia gravis, una enfermedad neuromuscular autoinmune crónica, hace tres años. A sus 51 años, Seles ha decidido compartir su diagnóstico con el objetivo de aumentar la conciencia pública sobre esta enfermedad y ofrecer apoyo a quienes la padecen.
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El anuncio y la enfermedad
En una entrevista, Seles describió cómo notó los primeros síntomas de la enfermedad mientras jugaba al tenis con su familia, experimentando visión doble y debilidad muscular que le dificultaba incluso tareas cotidianas como secarse el cabello. La miastenia gravis es una condición que causa debilidad en los músculos voluntarios, una debilidad que empeora con la actividad física y mejora con el descanso. Seles comparó el diagnóstico con "otro reinicio difícil" en su vida, pero se mantiene resiliente, destacando la importancia de la adaptación.
Su brillante carrera y trayectoria
Nacida en la ex Yugoslavia, Mónica Seles se convirtió en una de las tenistas más dominantes de la historia. Ascendió al número uno del mundo del ranking WTA en 1991, desplazando a Steffi Graf. Antes de cumplir 20 años, había ganado ocho de sus nueve títulos de Grand Slam. Su palmarés incluye:
- Abierto de Australia: 1991, 1992, 1993 y 1996
- Roland Garros: 1990, 1991 y 1992
- Abierto de Estados Unidos: 1991 y 1992
Además de sus títulos de Grand Slam, Seles ganó un total de 53 torneos individuales y fue medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Fue incluida en el Salón de la Fama del Tenis Internacional en 2009.
El apuñalamiento que cambió su carrera
La carrera de Mónica Seles se vio trágicamente interrumpida el 30 de abril de 1993, cuando un fanático obsesionado con Steffi Graf la apuñaló en la espalda durante un partido en Hamburgo, Alemania. Aunque sus heridas físicas sanaron en pocas semanas, Seles no volvió a competir durante más de dos años, sufriendo problemas de estrés postraumático y alimenticios. A pesar de su regreso en 1995 y de ganar otro Grand Slam, nunca recuperó el dominio absoluto que tenía antes del ataque. Este evento se considera un punto de inflexión en la historia del tenis femenino.