El panorama migratorio enfrenta un nuevo y abrupto obstáculo. El Gobierno de Estados Unidos ha ordenado una paralización total en el procesamiento de solicitudes gestionadas por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) para ciudadanos provenientes de 19 naciones específicas. Esta medida, que reactiva los protocolos más estrictos del denominado "Travel Ban", impacta directamente a las comunidades de Venezuela, Cuba y Afganistán, según confirmaron voceros oficiales de la agencia a medios nacionales.
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La confirmación provino de Matthew Tragesser, portavoz oficial de USCIS, quien detalló que la suspensión no se limita a visas de turismo, sino que congela trámites vitales como solicitudes de residencia permanente (Green Card) y procesos de naturalización. La orden ejecutiva ha tenido efectos inmediatos y severos: reportes de El Nuevo Herald indican que cientos de solicitantes, que ya contaban con citas aprobadas, han visto sus entrevistas y ceremonias de juramentación canceladas sin recibir una explicación formal, generando una ola de incertidumbre legal.
Alerta de seguridad nacional en Estados Unidos
La decisión administrativa de Estados Unidos no es un hecho fortuito, sino una respuesta directa a recientes vulneraciones en la seguridad interna. La pausa operativa busca blindar las fronteras tras incidentes críticos, destacando el reciente tiroteo perpetrado contra dos miembros de la Guardia Nacional, un ataque que las autoridades atribuyeron a un solicitante de asilo de nacionalidad afgana. Este suceso ha obligado al Departamento de Seguridad Nacional a revisar exhaustivamente los protocolos de investigación de antecedentes (vetting) para los solicitantes de estas 19 nacionalidades.
El alcance de esta medida podría ser histórico en términos de volumen de afectados en Estados Unidos. Según proyecciones basadas en datos de agencias como AFP y Reuters, la aplicación de estos nuevos y rigurosos criterios de seguridad podría impactar los expedientes de más de 1.5 millones de personas que actualmente mantienen casos pendientes en el sistema. Mientras USCIS recalibra sus filtros de seguridad para evitar futuras amenazas, las familias de los países listados en la restricción enfrentan una espera indefinida, temiendo que sus procesos migratorios queden estancados bajo la lupa de la seguridad nacional.