En el fascinante y exigente mundo del hipismo, la victoria en una carrera representa la culminación de un esfuerzo monumental. El triunfo exige la conjunción perfecta de la dedicación del entrenador, el trabajo incansable del equipo de cuadra, la confianza del propietario, la pericia del jinete y, por supuesto, la nobleza y el coraje del purasangre. Ayer domingo, la jornada de carreras en La Rinconada superó la magia y se transformó en un suceso inolvidable para una familia que lleva la hípica en la sangre: los Correia.
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El día reservó para el apellido Correia un protagonismo sin igual, algo nunca antes visto en el principal óvalo del país. Coincidentemente, padre e hijo tenían un solo ejemplar a cargo cada uno, y ambos se encargaron de asegurar la victoria.
El Preludio Triunfal de la Nueva Generación: La Rinconada
El primero en encender la chispa de la gloria fue el más joven. En la séptima competencia del programa, el joven entrenador de 21 años, Humberto Correia Jr., demostró su talento al presentar a la yegua Princesa Fina en condiciones óptimas. La hija de King Seraf fue un espectáculo de principio a fin, capaz de dominar a sus rivales con una superioridad pasmosa.
Bajo la impecable conducción de Juan Pablo Paoloni, Princesa Fina cruzó la meta en ganancia con un tiempo final de 85.2 segundos, capaz de asegurar un triunfo de punta a punta que validaba el metódico trabajo del novel preparador. La victoria del hijo se convertía en el preámbulo perfecto para lo que ocurriría más tarde.
La Consagración en el Clásico Simón Bolívar: Reunión 41
Con la emoción a flor de piel, la familia Correia acudió al compromiso principal. El experimentado Humberto Correia (padre) tenía la enorme responsabilidad de presentar al ejemplar Astuto en la edición número 79 del prestigioso Clásico Internacional Simón Bolívar (Grado I).
El Clásico Simón Bolívar, la joya de la corona del hipismo nacional, se disputó con intensidad. Astuto, propiedad del Stud "Los Audaces" y con el mismo jinete argentino, Juan Pablo Paoloni, fue el encargado de obrar la hazaña. En un desenlace electrizante, el purasangre superó a sus contrincantes y se convirtió en el ganador sorpresivo del evento. La victoria de Astuto tuvo un impacto notable en taquilla, al pagar un dividendo de Bs 2.000,19, lo que confirmó la dimensión de la gesta.
Un Suceso Histórico sin Precedentes
El doblete de triunfos no es el hecho trascendental; lo verdaderamente significativo y lo que marca un antes y un después en la historia del hipismo venezolano es que padre e hijo entrenadores se convirtieran en los únicos protagonistas ganadores de la jornada, cada uno con un solo presentado.
Este logro, con los dos miembros de la familia Correia alzándose con la victoria en una misma tarde y con el mismo jinete, marca un hecho nunca visto. Es una demostración palpable de que la pasión, la dedicación y el conocimiento se transmiten por generaciones, honrando la tradición hípica.
La jornada del 26 de octubre no solo quedará grabada en la memoria por la magnitud de sus resultados o los emocionantes dividendos, sino por ver a la familia Correia escribir con letras de oro su nombre en la inmortalidad de La Rinconada. El padre campeón en el Clásico Internacional, el hijo campeón en el programa: un legado que inspira y asegura el futuro brillante de la preparación de purasangres en Venezuela.