El próximo 2 de enero, fecha en la que se firmó el acta constitutiva, se cumplirán los primeros 80 años de existencia de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP); un largo recorrido lleno de capítulos especiales, personajes ilustres del deporte criollo, foráneos idolatrados como si hubiesen sido paridos por esta tierra, y por su puesto, de instantes de historia auténtica incluso para la disciplina a nivel global, en uno de ellos Alex Romero fue protagonista de primer orden.
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Uno de los momentos más cumbres del circuito ocurrió el domingo 28 de enero de 2007, momento en el que Navegantes del Magallanes y Tigres de Aragua se enfrentaron durante el quinto juego de la gran final. El desenlace de ese partido que a los bengalíes dio su corona número 6, es uno de los más asombrosos en cualquier nivel de la pelota.
Al compromiso los azules carabobeños llegaron con la intención de prolongar su existencia que parecía artificial, luego de caer en los tres primeros duelos, ganando el de la fecha previa, es decir, no podían tropezar de nuevo en el evento decisivo, así para ese juego cinco el objetivo a parte de vencer era retornar la serie a su puerto carabobeño.
Tigres de Aragua duros de cazar
Con ese contexto de máxima presión los Navegantes marcaron 3 en su primer chance ofensivo, pero Tigres al cierre del ese tramo recortó con 2; la visita logró otras 3 al comienzo de la 5ta, los de casa otra vez descontaron en la baja de ese inning pero solamente 1, así que la pizarra de 6x3 reflejó un partido cerrado.
4 fueron las rayitas del Magallanes en el 9no y por un momento se pensó eso enfriaba las cosas, que el regreso al José Bernardo Pérez de Valencia era inevitable, solo que esa noche la historia se escribiría en el Estadio José Pérez Colmenares.
Abajo 10x3, el bando felino del mánager Buddy Bailey mantuvo la calma y sacó provecho del inusitado descontrol que abarcó a cada relevista que para el episodio, fue colocado por el dirigente Alfredo Pedrique en el siguiente orden: Jean Machí (que venía desde el 8vo), Germán Meléndez, Paul Estrada y José Rodríguez.
Aún cuando el cátcher naviero era Henry Blanco, sustraído como refuerzo desde Leones del Caracas, el divorcio total de los relevos magallaneros con la concentración fue de tal magnitud, que la toletería tigrera dio la vuelta.
Alex Romero ¿El mejor de los MVP?
Ronny Cedeño comenzó con hit, Romero sacó boleto, Luis Maza dio doble, Alex Núñez infieldhit, Grégor Blanco pasaporte, Miguel Cabrera base por bolas, Ramón Hernández boleto, Randall Simón pasaporte, Cedeño se ponchó pero Romero, en cuenta de 1 bola y 1 strike, castigó una recta en la esquina de afuera a la que le dio con el mazo del bate luego de que extendió por completo sus brazos, con los mismos la dirigió hacia los bosques central y derecho.
En esa parte de los jardines estaba Endy Chávez, un outfield que entre otras cosas, fue muy reputado por sus rápidas piernas y la amplitud de terreno que era capaz de cubrir; pero tan atravesada resultó la conexión que él nada pudo hacer, menos todavía Richard Hidalgo y mientras la bola llegaba a la pared el Señor Miggy pisó el plato, luego luego lo hizo Hernández.
Cuando por fin Endy pudo devolver la esférica al infield, a luis Rivas como segunda base, José Gregorio Martínez, quien entró como corredor emergente por Simón, en el home plate hizo el zambullido más pletórico y significativo para los Tigres de Aragua al menos en su feudo, con ese se marcó la carrera del triunfo.
Remontada inigualable en Liga Venezolana de Beisbol Profesional
Que un equipo concretase rally de 8 carreras en el 9no inning para dejar en el terreno al contrario y alzar el título, es algo todavía inédito en la LVBP; lo más parecido fueron las 11 que Leones le marcó a Tiburones de La Guaira en el 5to y último del evento decisivo 1966/1967, pero eso ocurrió en la baja del 7mo, lo que borró una desventaja de 8x4.
Así que si desea elegir este como el principal instante en la cumbre de glorias para los selváticos rayados, sobradas razones existen. La remontada ha sido la más brutal en esta liga.
Para Alex Romero ese fue el colofón de una sublime actuación en aquella final, a la altura de un Robert Pérez o un Antonio Armas; en el toletero zurdo recayó el Premio al Jugador Más Valioso tras irse de 19-8 con 2 dobles, 1 triple, 1 cuadrangular, 7 compañeros engomados, 6 anotaciones, 4 boletos, 1 pelotazo recibido, 1 solo ponche así como línea ofensiva en:
.421 de average
.542 en porcentaje de embasado
.789 de slugging
1.331 en OPS