Cuando aún el mundo no ha logrado superar en su totalidad el impacto sanitario, económico y social que dejó la pandemia del COVID-19, llega una nueva amenaza y preocupación: el regreso del Nipah, un virus mortal que se originó en Asia y que es 75 veces más letal que el coronavirus.
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La propagación del virus en India ha llevado al cierre de escuelas y oficinas en el estado de Kerala, al sur de ese país. Para contrarrestar la propagación, las autoridades ya han prohibido las aglomeraciones de personas, siguiendo un lineamiento similar al protocolo del Covid-19.
Transmisión del virus
La principal preocupación en India, es que se trata del país más poblado del mundo y la incidencia de casos ha ido en aumento debido a la falta de una vacuna que pueda combatir el virus. El Gobierno indio informó que a esta fecha ya dos personas han fallecido tras contraer el Nipah y hay otros casos de personas hospitalizadas.
Según explica la Organización Mundial de la Salud, el virus Nipah tiene la capacidad de transmitirse a los seres humanos a través de animales como los murciélagos y los cerdos, así como también puede propagarse de persona a persona y a través de alimentos contaminados.
Las personas infectadas pueden presentar diversos síntomas clínicos, que van desde una infección asintomática o subclínica hasta una infección respiratoria aguda y, en casos más graves, pueden presentar una encefalitis mortal. El Nipah también puede ocasionar enfermedades graves en animales, como los cerdos, lo que supone grandes pérdidas económicas para los criadores de ganado.
Síntomas del Nipah
Así como el coronavirus, el virus del Nipah también se presenta de forma sintomática y asintomática. En el caso de las personas que presentan síntomas, estos suelen comenzar con síntomas similares a los de un resfriado común, como fiebre, dolores de cabeza, dolores musculares, vómitos y dolor de garganta.
A esos síntomas se le suman otros como mareos, somnolencia, alteraciones de la conciencia y manifestaciones neurológicas que indican la presencia de encefalitis aguda. Además, algunas personas pueden experimentar neumonía atípica y problemas respiratorios graves, como disnea aguda. En casos más graves, pueden aparecer encefalitis y convulsiones, que pueden progresar al coma en un período de 24 a 48 horas, según la información proporcionada por la OMS.