Los Pittsburgh Steelers sufrieron este domingo su segunda derrota consecutiva al caer ante los Buffalo Bills, un resultado que ha encendido las alarmas en la "Ciudad del Acero". La inoperancia ofensiva ha puesto en el ojo del huracán al mariscal de campo, Aaron Rodgers, quien no pudo evitar el revés en casa.
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A pesar del regreso del veterano quaterback, la frustración fue evidente, no solo por el marcador, sino por la persistente falta de comunicación en el ataque.
Desconexión total en la ofensiva
El ataque de Pittsburgh fue incapaz de generar ritmo contra Buffalo. Rodgers, quien finalizó con una discreta actuación de 10 pases completos de 21 intentos para 117 yardas, señaló múltiples errores de coordinación con sus receptores, destacando una conexión fallida con el ala cerrada Jonnu Smith.
"Cuando hay sesiones de video, todos asisten, y cuando reviso una ruta, se hace la correcta", declaró Rodgers a Brooke Pryor de ESPN. "Tenemos nuestras reuniones todas las semanas y otras oportunidades fuera de las instalaciones; espero con ansias ver a todos los chicos allí".
Sobre la jugada con Smith, Rodgers fue tajante: "Jonnu y yo simplemente no estábamos en sintonía. Le di un vistazo para un contraataque y él ejecutó la ruta, pero no nos entendimos. Él es un verdadero profesional, así que estoy seguro de que está molesto por eso".
El mariscal también fue autocrítico respecto a un pase fallado a Roman Wilson en una situación de tercera y gol durante el primer cuarto, calificándolo sin rodeos como "un lanzamiento de mierda".
Números rojos:
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Yardas totales: La ofensiva de Pittsburgh apenas logró 166 yardas.
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Primeros downs: Solo consiguieron 10 en todo el partido.
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El dato: La defensa de los Bills venía de permitir un promedio de 28.5 puntos en sus últimos tres juegos, pero los Steelers no lograron aprovechar esa debilidad.
Un regreso accidentado
Rodgers volvió a la titularidad tras fracturarse la muñeca izquierda el pasado 16 de noviembre ante los Cincinnati Bengals. Aunque el cuatro veces MVP aseguró sentirse apto para jugar, la lesión limitó el plan de juego: se vio obligado a operar exclusivamente desde formaciones de escopeta (shotgun) y pistola para evitar recibir el balón bajo el centro.
El susto de la jornada llegó en el tercer cuarto, cuando Rodgers quedó tendido en el terreno tras una captura del defensivo Joey Bosa. Mason Rudolph tuvo que ingresar por una serie ofensiva, pero el veterano de 41 años logró recuperarse y volver al campo por sus propios medios.
Clima hostil: "¡Despidan a Tomlin!"
La ineficacia ofensiva colmó la paciencia de los fanáticos en el Acrisure Stadium. Hacia el final del encuentro, los abucheos fueron ensordecedores, acompañados de cánticos exigiendo la salida del entrenador en jefe, Mike Tomlin.
Rodgers validó el descontento de la grada: "Esa fue una actuación digna de abucheos", admitió.
Ahora, con un récord de 6-6, los Steelers intentarán salvar la temporada y volver a la senda del triunfo el próximo domingo, cuando se enfrenten a sus rivales divisionales, los Baltimore Ravens (6-6).