La apariencia del rey Carlos III con un ojo visiblemente enrojecido durante los actos de bienvenida al presidente francés Emmanuel Macron este martes en Windsor ha encendido nuevas alarmas sobre su estado de salud.
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A sus 76 años, el monarca continúa su tratamiento contra un cáncer no especificado, lo que ya generó preocupación entre los asistentes y los observadores reales.
¿En mal estado de salud?
Aunque las primeras especulaciones apuntaron a una complicación médica mayor, fuentes del Palacio de Buckingham aclararon rápidamente que se trató de una hemorragia subconjuntival, es decir, la ruptura de un pequeño vaso sanguíneo en el ojo.
Este suceso generalmente inofensivo, no afecta la visión ni guarda relación con su tratamiento oncológico. Médicamente, esta condición se asemeja a un moretón en la piel: puede aparecer tras un estornudo, tos o esfuerzo sin previo aviso, y suele resolverse espontáneamente en poco tiempo.
El rey Carlos III continúa con sus labores
A pesar de la alarma visual, el rey se mostró enérgico y continuó con su agenda oficial sin interrupciones. Presidió la solemnidad protocolaria, participó en la procesión en carruaje, compartió un almuerzo en el State Dining Room y cumplió con el banquete de Estado previsto durante la primera jornada de la visita.
Un vocero real refirió sobre el tratamiento que el rey lleva contra el cáncer: “lo que uno aprende sobre esta enfermedad es que simplemente la controla, y eso es lo que él hace”, añadiendo que se ha reintegrado a sus funciones públicas apoyado por los avances médicos.
Este incidente se suma a la preocupación pública que rodea la salud de Carlos III desde el anuncio oficial de su diagnóstico de cáncer en febrero de 2024. A lo largo del último año, el royal ha sostenido una estrategia de reserva y discreción, reduciendo sus apariciones públicas.