Toda la carrera de David Peralta en el beisbol profesional es un adecuado ejemplo de apología al pundonor, la tenacidad, terquedad, a la negación o resignación de ver cumplido un sueño una meta, es una de las historias más bonitas del mundo deportivo, digna de un libreto para film, algo así como el de “Moneyball” y no exageramos.
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Esas son cosas que desde este lado del palco, se nos hace imposible no traer a colación cuando vemos el modo en que está rindiendo el experimentado toletero durante este agosto con los Padres de San Diego.
Cumplida su primera jornada de este mes, su promedio de bateo era muy bajo, .229, igual su porcentaje de embasado (OPB por sus siglas en inglés), .289, también el slugging, .314 y por ende, el OPS, .603. Son estadísticas por las que a más de uno han cesanteado en el exigente mundo de las Mayores.
Pero de seguro en el alto mando de los religiosos conocen hasta mejor las cualidades mencionadas en el primer párrafo; por eso otorgaron el voto de confianza porque además, sus conocimientos podían ser, y vaya que lo están haciendo, muy útiles para un grupo que tiene gran chance de llegar a la postemporada, incluso como ganadores de la División Oeste de la Liga Nacional.
David Peralta ¡Qué 8!
A partir de la cuarta fecha de este mes, el de Valencia le dio un significado diferente a la oración “Se volvió un ocho”, todo porque su madero se encendió y a partir de entonces, solo en dos jornadas no ha conseguido imparables; la buena racha ha incluido un partido de 3 hits, así como otros cuatro de 2, incluyendo el de este 16 de agosto.
Así las cosas, en sus recientes siete compromisos ha dado 11 indiscutibles en 24 turnos, incluyendo 4 cuadrangulares, 5 remolcadas y 5 anotadas para .458 en average, .480 de OBP, .875 de slugging y OPS en 1.355, grandiosas estadísticas que le hacen el venezolano más destacado de ese lapso, por encima incluso de Luis Arráez o Jackson Chourio.