Aaron Judge es, ahora mismo, el máximo favorito para adueñarse del MVP de la Liga Americana por sus extraordinarios numeritos ofensivos en los más de dos meses que va de fase regular 2024. Domina renglones de mucha importancia en la MLB como OBP, SLG, OPS, wRC+, wOBA, WAR y HR. A su vez, es el principal responsable, junto a Juan Soto, de que los Yankees de Nueva York estén en la primera posición de la División Este del Joven Circuito.
NOTAS RELACIONADAS
Su liderazgo como capitán de los mulos es crucial para el buen rendimiento de la organización y, por su carisma, más su forma de ser humilde y respetuosa, es de los jugadores más queridos por los fanáticos del beisbol.
La historia de Aaron Judge que seguramente no conocías
Son varias las ocasiones en las que "el Juez" ha hablado de sus padres. Les ha dado el crédito por forjar en su personalidad esa manera de comportarse y de siempre mantenerse centrado, aunque se exalte actualmente como uno de los deportistas más importantes del mundo.
“Mis padres son increíbles, me han enseñado muchas lecciones. Honestamente, no puedo agradecerles lo suficiente por lo que han hecho por mí. Estoy bendecido”, expresó Judge al New York Post hace unos años.
Esos "padres" a los que se ha referido el número 99 de la novena neoyorquina no son precisamente sus progenitores biológicos, sino más bien aquellos que lo adoptaron apenas al segundo día de su nacimiento. La actual superestrella de la Gran Carpa fue acogido por la pareja de esposos Patty y Wayne Judge, luego de que sus papás verdaderos lo abandonaran apenas fue engendrado.
“Tengo un par de padres, los que me criaron”, llegó a decir alguna vez Aaron Judge, a la par de que aclaraba que nunca le interesó conocer a sus papás reales, pues estaba plenamente satisfecho con los que le había dado la vida.
A los 10 años de edad fue cuando se enteró de que no había sido criado por quienes lo trajeron al mundo. Su duda surgió al no notar un parecido físico con sus cuidadores. Al hacerles la pregunta, recibió la confesión de que era adoptado y, a diferencia de como sucede con otros chicos en esa situación, no afectó en lo absoluto su relación con ellos, ni mucho menos su vida personal.
“Simplemente me dijeron que era adoptado. Yo estaba como, ‘OK, está bien para mí’. Sigues siendo mi mamá, la única mamá que conozco. Sigues siendo mi papá, el único papá que conozco”, declaró.
Patty y Wayne lo apoyaron en todo momento en su decisión de dedicarse al beisbol. Finalmente, el tiempo les daría la recompensa de haberlo llevado día a día a sus prácticas. Hoy en día ya tiene un MVP de la Liga Americana, cinco participaciones en el Juego de Estrellas, tres Bates de Plata y un premio Hank Aaron.