El entrenador en jefe de los Buffalo Bills, Sean McDermott, informó este lunes que el mariscal de campo estrella, Josh Allen, se encuentra lidiando con un dolor en el pie derecho. A pesar de la molestia, el equipo mantiene el optimismo y espera que su titular esté bajo el centro este fin de semana, cuando Buffalo reciba a los actuales campeones del Super Bowl, los Philadelphia Eagles.
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McDermott señaló que, si bien el pie del quarterback está adolorido, Allen no experimentó ningún contratiempo adicional durante la noche tras lesionarse al final del segundo cuarto en la victoria del domingo 23-20 sobre Cleveland. Aunque el panorama es favorable, el cuerpo técnico aún no decide si Allen tendrá limitaciones en la práctica del martes. Al ser consultado sobre la probabilidad de que juegue el domingo, McDermott fue breve pero claro: "Que yo sepa, sí".
El momento de la lesión y el diagnóstico médico
El incidente ocurrió cuando Allen intentaba maniobrar en el backfield y, aparentemente, se le trabó el pie en el césped justo antes de caer en la yarda 1 de Buffalo. La jugada resultó en una captura de 22 yardas compartida entre Myles Garrett y Alex Wright. Pese al impacto, Allen permaneció en el juego para una jugada más antes del descanso.
Tras ser examinado por el personal médico, se determinó que las pruebas de rayos X dieron negativo. Mostrando su habitual dureza física, el actual MVP de la liga terminó el encuentro sin perderse un solo snap, aunque sus estadísticas reflejaron la intensidad del duelo: completó 12 de 19 pases para 130 yardas y sumó 17 yardas por tierra. Por tercera vez en la temporada, no registró anotaciones por aire ni por tierra, algo poco común para su calibre.
Un hito histórico y una racha envidiable
Más allá del dolor, Allen tiene una cita con la historia. El mariscal de campo está a tan solo un touchdown de convertirse en el primer jugador en la historia de la NFL en alcanzar los 300 pases de anotación antes de cumplir los 30 años, un testimonio de su impacto generacional en el juego.
Además, su disponibilidad es clave para la identidad de los Bills. Allen no se ha perdido un partido por lesión desde su temporada de novato en 2018. Actualmente, ostenta una racha de 120 partidos consecutivos como titular en la temporada regular, la racha activa más larga para cualquier quarterback en la liga.
Con una marca de 11-4, los Bills atraviesan su mejor momento de la campaña con cuatro victorias consecutivas. El equipo neoyorquino podría asegurar su séptima clasificación consecutiva a los playoffs este mismo fin de semana si logran una victoria o si se combinan resultados negativos de Houston o Indianápolis. La presencia de Allen será, sin duda, el factor determinante para enfrentar a la poderosa defensa de Philadelphia.