Este lunes los amantes del fútbol solo esperan el anuncio del jugador que conquiste el Balón de Oro 2025. Esta edición tiene como principales favoritos a Dembelé y Lamine Yamal, sin embargo hay que esperar los resultados que indicaran quién de todos los candidatos se quedará con el trofeo más prestigioso a nivel individual.
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Este lujoso premio que marca al mejor jugador del mundo no solo guarda gloria y reconocimiento, también tiene valiosos secretos artesanales y tradiciones.
Lo más curioso de este dorado balón es que no nace en los despachos de France Football. Su creación se encuentra en un pequeño e ilustre rincón del centro de París, en la joyería Maison Mellerio, una de las casas artesanales más antiguas de Europa.
Esta lujosa joyería fue fundada en 1613, y ha tenido la tarea de fabricar el Balón de Oro desde su creación en 1956, y su taller tiene la magia del proceso que convierte una idea en el trofeo más codiciado del fútbol.
Un balón hecho a mano
Muy lejos de ser un balón marcado por la producción masiva o de las réplicas industriales, este Balón de Oro goza de exclusividad.
¿Cuando inicia su elaboración?
El proceso de elaboración se inicia aproximadamente con seis meses de antelación a la fecha de la gala, en un proceso 100% artesanal que requiere la intervención de distintos maestros en disciplinas como la orfebrería, el cincelado, el dorado y el grabado.
Siendo un trabajo de precisión que toma cerca de 100 horas de dedicación manual, sin atajos ni automatismos.
Centímetros, pesos y diámetro…
El trofeo tiene una altura de 31 centímetros y un diámetro de 23 centímetros. Por tener una base de pirita natural, su peso es mayor a los siete kilos.
El proceso del Balón de Oro
La elaboración empieza con dos placas de latón, un metal maleable, pero resistente que da la posibilidad de dar forma a las semiesferas que componen el balón. Estas mitades, ya preformadas, llegan al taller de Mellerio con un pequeño sistema de sujeción interno y la pieza de pirita, que será la base.
Con mucha cautela las dos semiesferas se ajustan y se sueldan con un soplete de forja, usando una soldadura de plata. Para garantizar una unión limpia y sólida. Este paso, ocasiona pequeñas “rocas”, que deben ser eliminadas en un baño de ácido sulfúrico, antes del enjuague final y el pulido meticuloso que le da al trofeo su superficie perfecta.
Luego de todo ese proceso, entra en juego el cincelador. A mano alzada, traza las características costuras del balón, mismas líneas que refleja las de un esférico clásico de fútbol.
Un baño de oro
Tras culminar el cincelado, el trofeo pasa al banco de trabajo del dorador, quien lo recubre con una capa de oro fino para darle su icónico tono brillante.
Luego habrá que enfocarse en la base, la cual está compuesta por un bloque de pirita, una roca natural de brillo metálico que presenta formas cúbicas únicas
Teniendo los resultados finales confirmados por France Football, el nombre del ganador pasa a ser tallado en el trofeo. El grabador, escribe con extrema precisión el logotipo de la revista y el nombre completo del futbolista premiado. Luego de eso, el trofeo viaja a la gala.