La noche del sábado debía ser recordada únicamente por la hazaña deportiva. El equipo de la Universidad Central de Venezuela (UCV) inscribió su nombre en la historia de la Liga FUTVE, al conquistar el título del año 2025, poniendo fin a una sequía de 68 años sin alzar la copa.
NOTAS RELACIONADAS
El conjunto dirigido por Daniel Sasso selló una temporada de ensueño en el Polideportivo "Misael Delgado" de Valencia, al superar a Carabobo en la gran final.
Los goles de Juan Camilo Zapata y el internacional Darwin Machís fueron claves para asegurar la victoria y bordar la segunda estrella en el escudo de la UCV, desatando la euforia de la afición tricolor.
El lado oscuro de la final
Mientras la UCV celebraba con éxtasis su gesta histórica sobre el césped, el cierre de la jornada se vio lamentablemente manchado por incidentes de violencia en las gradas.
Al sonar el pitazo final, que oficializó la derrota del equipo local, se produjeron varios altercados y enfrentamientos en las tribunas del Polideportivo "Misael Delgado". La tensión de la final se desbordó en una serie de confrontaciones que involucraron a la seguridad, a jugadores y, principalmente, a la afición.
Enfrentamientos entre hinchas y jugadores
La imagen más crítica y lamentable se produjo cuando un grupo de aficionados, visiblemente frustrados por la pérdida del campeonato, se encararon con ciertos jugadores del Carabobo FC.
La seguridad tuvo que intervenir de manera urgente para evitar que la situación escalara a mayores. Los gestos, insultos y la proximidad física entre los hinchas y los protagonistas generaron un clima de caos que contrasta duramente con el espíritu deportivo que debe prevalecer en una final.
Este tipo de actos de violencia y hostilidad, en un evento que debería ser una fiesta de confraternidad, deja una imagen muy deplorable y negativa para el fútbol venezolano justo en el momento de su máxima visibilidad.