La instrumentista ibaguereña, Ivonne Luna, ha exportado desde Colombia a diferentes rincones del mundo una metodología de enseñanza del violín con fuertes bases en “El Sistema”, tras trabajar desde el 2015 en el programa de proyección social “Tocar y Luchar”, donde aprendió múltiples estrategias didácticas que le permitían a los estudiantes adquirir el conocimiento de manera progresiva y efectiva en función a su estilo de aprendizaje.
Este sistema de preparación le otorgó a Luna la oportunidad de conocer su vocación, conectar con niños y jóvenes de zonas donde no había acceso a las estructuras culturales del distrito, expandir sus experiencias de vida y optar por mejores oportunidades profesionales.
“Tocar y Luchar fue una experiencia hermosa. Me ayudó mucho a crecer, no solo en el ámbito profesional sino sobre todo en el personal. Antes de eso, mi experiencia con la educación había sido siempre en clases individuales. Tuve que aprender rápidamente a descubrir formas de enseñanza grupal y dar con técnicas que se adaptaran a diversos tipos de estudiantes, los que aprendían más visualmente, los que tenían un tipo de aprendizaje más aural y todo lo que quepa en el espectro. Por ese lado, también descubrí lo mucho que me gusta la docencia. En lo personal me impactó mucho porque a veces sentía que mis estudiantes no solo eran mis alumnos, sino también mis maestros”, recalcó.
En ese proceso pudo descubrir cómo la música fungía como agente de cambio social y el profundo impacto que puede tener. Inclusive, tuvo la oportunidad de optar por una maestría en Massachusetts, que tenía una influencia importante de “El Sistema” a nivel de pedagogía.
“Para mí era tremendamente interesante venir acá a aprender el impacto de un proyecto que inició en un país en desarrollo y cómo se iba a adaptar en una sociedad que es prácticamente la opuesta a donde inició. De alguna manera, yo pude atestiguar ante mi cohorte el impacto que tiene un programa social de este calibre”, meditó.
Desde entonces ha seguido testificando cómo la enseñanza musical colectiva y sistemática puede ofrecer oportunidades a niños y jóvenes de diferentes estratos sociales, impartir valores que coadyuven al desarrollo ético del individuo, y transformar la percepción del mundo por medio del arte.
Devota a la música
El año 1999 se convirtió en un punto de inflexión en la vida de Luna, para ese momento iniciaba sus estudios en el Conservatorio del Tolima de la mano del maestro Jorge Eduardo Almonacid, para posteriormente integrar las filas de la Orquesta Sinfónica y la Orquesta Juvenil del Conservatorio, donde obtuvo su título de Bachiller Musical en 2006.
En 2007, inició un nuevo capítulo dentro de su carrera profesional al ingresar a la Universidad Nacional de Colombia donde vio clases junto a la maestra, Antonia Atanasova Kapitanova.
Esas habilidades adquiridas le otorgaron la oportunidad de participar en reiteradas oportunidades en festivales internacionales como: el Festival de Música de Santa Catarina (Femusc) en Brasil, el Festival de invierno de Campos do Jordao (el más grande de Latinoamérica), o el Festival Internacional de Música de Cartagena en 2013.
Ha integrado diversas agrupaciones de prestigio, incluyendo la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de la Universidad Nacional, la Fundación Orquesta Sinfónica de Bogotá (FOSBO), la Orquesta de la Fundación Carmilla Gallo de la cual fue concertino, y la Orquesta Nueva Filarmonía (2018-2021).
En 2019, inició una maestría en Interpretación del Violín, la cual culminó con grado laureado y reconocimiento magna cum laude en 2021. Ese mismo año se mudó a Estados Unidos para realizar una Maestría en Educación Musical en Cambridge, Massachusetts, gracias a la beca Jo Frances Mayer. Desde 2023, forma parte del cuerpo docente del área de música de la ciudad de Cambridge.
“Yo siento que enseñar es de cierta forma darse a uno mismo, extenderse y proyectarse en la vida artística de los estudiantes. A mí me causa muchísima gratificación los logros de mis alumnos, ver cómo progresan, verlos derrumbar sus propias barreras y alcanzar sus objetivos. Yo siento sus triunfos muy personales. En el camino de verlos crecer, siento también que crezco yo, porque cuando encontramos baches en el progreso me obligo a encontrar otras formas de enseñar, a abordar un problema de una manera diferente para salir adelante y eso mismo lo aplico en mi propio proceso”, manifestó.