Cada vez que el prodigio japonés Roki Sasaki toma el montículo para Los Ángeles Dodgers en la MLB, el sonido ambiente del estadio no es el típico rock o hip-hop de las Grandes Ligas. En cambio, resuena la pegadiza y bailable melodía de "Báilalo Rocky". Esta canción se ha convertido en un clásico instantáneo y parte inseparable del ritual de entrada del lanzador, apodado "El Monstruo de Reiwa" por su dominio.
La sorpresa para muchos aficionados y analistas es la insólita procedencia del tema: "Báilalo Rocky" no es un éxito pop nipón, sino un fenómeno musical que se hizo viral hace años en Venezuela. El audio original proviene de un video casero de Ariadne Arana y fue remezclado en una pista con el característico ritmo caribeño.
La idea
Pocos sabían que la decisión detrás de este peculiar himno del pitcher involucra a un big leaguer venezolano: Miguel Rojas. Conocido por su carisma y su excelencia defensiva en las Grandes Ligas, Rojas se encontró en un momento de camaradería con Sasaki. Fue el shortstop quien, a través de conversaciones, le sugirió la canción al joven lanzador.
El uso de un tema tan alegre y ligero contrasta fuertemente con la naturaleza del propio Sasaki en el montículo. A sus 23 años, Sasaki es uno de los lanzadores más codiciados del mundo. Para un lanzador que domina con tal intensidad, la elección de "Báilalo Rocky" antes del juego puede servir como una liberación de tensión, permitiéndole entrar al campo con una mentalidad relajada antes de desatar su devastador arsenal.
La historia del pitcher japonés y el shortstop venezolano es un recordatorio de que, más allá de la seriedad de la competencia, el béisbol sigue siendo un crisol cultural que se alimenta de la camaradería y los gustos musicales más inesperados.