Las primeras 11 presentaciones de Jesús Luzardo con Phillies de Filadelfia, en líneas generales fueron tan espléndidas que siendo objetivos, no deben olvidarse aún cuando en las siguientes dos experimentó un auténtico infierno en la tierra.
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En el primer lapso citado, el zurdo de nacionalidad venezolana dejó marca de 5 ganados, ninguno perdido, en 67 innings permitió 60 imparables, 3 cuadrangulares, solo incurrió en 19 bases por bolas, ponchó a 77, tuvo promedio de carreras limpias permitidas en 2.15 y whip de 1.18.
Con ese palmarés era uno de los principales candidatos para representar a los cuáqueros en el Juego de Estrellas, tal vez como abridor del clásico por la Liga Nacional, además de tener una de las más fuertes opciones por el prestigioso premio Cy Young.
Dos presentaciones para nada pueden borrar los méritos y elogios merecidos, pero si pueden desdibujar del todo las posibilidades de ser All Star y ganador del principal galardón de pitcheo.
Tan terrible le fue a Luzardo, que en sus dos últimos inicios, ante Cerveceros de Milwaukee y Azulejos de Toronto, totalizó apenas 5.2 entradas, 21 indiscutibles, 3 jonrones, 20 carreras recibidas, todas limpias, 5 pasaportes y 6 ponchados para escandalosa efectividad de 31.76 y whip en 4.59.
Esas fueron auténticas felpas, de hecho, las más graves para cualquier lanzador en la historia de Grandes Ligas, en cuanto a la cantidad de carreras limpias en contra durante solo 2 aperturas y un rango inferior a 6 episodios.
“Hay algo obvio que se nos está escapando”, dijo Luzardo en declaraciones tomadas del portal mlb.com. “Las primeras 11 aperturas fueron impecables, y luego en las siguientes dos tenemos 20 carreras. Tiene que haber algo que podamos encontrar, arreglar y cambiar. Y tiene que pasar rápido”.
Las palizas recibidas explotaron su ERA a 4.46 y su whip a 1.44.
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Durante el choque vs los canadienses, estos fueron particularmente agresivos sobre los primeros envíos de sus turnos al bate; con tres de esos swings se logró imparables remolcadores de rayitas, incluido un vuelabardas de Bo Bichette.
“Siento que ése ha sido el plan de juego contra mí últimamente, muchas veces”, manifestó Luzardo. “Muchos swings (para empezar el turno). Lo frustrante es que también dejan pasar algunos lanzamientos muy buenos al principio, así que por eso creo que hay algo que se me está escapando”.
Normalmente, cuando algo parecido le ocurre a un pitcher, el primer pensamiento que llega, apegado a la lógica empírica, es que ese monticulista sufre algún tipo de percance físico y/o de salud, sin embargo, Jesús Guillermo y el mánager de Filadelfia, Rob Thomson, descartaron esa posibilidad.
De esto modo, lo que se puede deducir entonces es que Luzardo experimenta problemas bien sea con su mecánica, con el comando de su repertorio de envíos, además de la localización y selección de los mismos.
En este sentido él mismo revisó los videos de su confrontación con los Azulejos y no encontró anormalidad alguna; las revisiones de ese partido es algo que hará de nuevo.
