El nombre detrás de este resurgimiento es el del receptor venezolano Gabriel Moreno. Desde su regreso al equipo el pasado 22 de agosto, tras recuperarse de una fractura en el dedo índice de su mano derecha, los D-Backs han mostrado una cara completamente diferente, registrando un récord positivo de 8-5.
El impacto de Moreno no ha pasado desapercibido. Su regreso ha transformado al equipo en un "equipo diferente", según las propias palabras del dirigente Torey Lovullo. Y la afirmación no es casualidad. El bateo de Moreno, su habilidad para frustrar los intentos de robo de base y su notable mejoría en el bloqueo de lanzamientos y el cuadro de strikes lo han convertido en una pieza fundamental para la organización.
Un bate encendido y un brazo de elite
En las dos semanas y media que han transcurrido desde su vuelta al montículo, Moreno ha mantenido un sólido promedio de bateo de .304 con un OPS de .853, demostrando que su lesión no ha mermado su capacidad ofensiva.
Aunque sus estadísticas defensivas en intentos de robo han disminuido ligeramente este año en comparación con la temporada 2023 (17.0% vs. 38.6%), su presencia en el equipo es invaluable. La organización reconoce su valor y ya se ha fijado un objetivo claro: tener al talentoso receptor venezolano en la alineación por una temporada completa en el futuro.
El regreso de Gabriel Moreno es la vuelta de un catalizador que ha inyectado una nueva energía en los Diamondbacks, transformando al equipo en un contendiente en la recta final de la temporada.