El alero de los Phoenix Suns, Dillon Brooks, no solo ha encajado a la perfección en su nuevo equipo, sino que ha hecho historia desde el momento en que se puso la camiseta. Brooks se ha convertido en uno de los tres únicos jugadores en la historia de la NBA en registrar al menos 250 puntos, 30 triples anotados y 20 robos en sus primeros doce partidos con una franquicia.
Este logro estadístico subraya el impacto inmediato y multifacético que Brooks está teniendo en Phoenix, demostrando ser un anotador eficaz, un tirador peligroso y un defensor de élite.
El club de élite de los recién llegados
Al alcanzar esta marca, Dillon Brooks se une a una lista de dos superestrellas que previamente establecieron este estándar de excelencia al inicio de su trayectoria con un nuevo equipo:
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Luka Dončić (Lakers): El esloveno logró esta hazaña tras su traspaso a Los Angeles Lakers, demostrando su capacidad para dominar el juego ofensivo y defensivo desde el primer día en un nuevo sistema.
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Paul George (Thunder): George estableció el récord en su llegada a los Oklahoma City Thunder, una etapa que se caracterizó por su explosividad anotadora y su ya conocida habilidad para generar robos en la defensa.
La capacidad de Brooks para igualar el impacto instantáneo de jugadores del calibre de Dončić y George, y hacerlo mediante una combinación tan específica de volumen de anotación, eficiencia a distancia y destreza defensiva, destaca su valor integral para los Suns.
El nuevo rol de Brooks en Phoenix
Tradicionalmente conocido por su defensa tenaz, esta estadística valida que Brooks ha expandido su juego ofensivo, asumiendo un rol más prominente.
El promedio necesario para alcanzar esta marca en doce juegos requiere:
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Aproximadamente 20.8 puntos por partido.
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Alrededor de 2.5 triples anotados por partido.
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Casi 1.7 robos por partido.
Estos números demuestran que Brooks no solo está cumpliendo con su función defensiva, sino que se ha convertido en una tercera o cuarta opción ofensiva sumamente productiva y confiable para los Suns.