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El regreso a clases en Estados Unidos genera inquietud entre los padres indocumentados, quienes temen que sus hijos o ellos mismos puedan ser detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Este miedo ha llevado a que muchos niños no asistan a clases, afectando la asistencia escolar y el bienestar emocional de las familias.
Históricamente, las escuelas eran consideradas “santuarios” donde los menores podían estudiar sin riesgo de intervención de ICE, sin embargo, los operativos recientes y las políticas implementadas han generado un ambiente de incertidumbre y desconfianza entre las familias inmigrantes.
Durante la administración de Donald Trump, se implementaron disposiciones que permiten a ICE y a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ingresar a áreas sensibles como escuelas y universidades, estas acciones están enfocadas en capturar inmigrantes con antecedentes criminales, incluidos delitos graves como asesinatos o violaciones.
El expresidente interino del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Benjamine Huffman, afirmó que estas medidas “empoderan a los oficiales de CBP e ICE para hacer cumplir nuestras leyes y detener a extranjeros criminales que ingresaron ilegalmente”. Esta política reforzó la preocupación de padres y estudiantes sobre la presencia de ICE en entornos educativos, por lo tanto, se aconseja a los padres mantenerse informados sobre los derechos de los estudiantes y la legislación vigente.