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Las leyes de inmigración de Estados Unidos permiten que los ciudadanos naturalizados soliciten una Green Card para ciertos familiares que vivan fuera del país, este trámite ofrece una vía legal para que los parientes puedan emigrar, sin miedo a represalias ni deportaciones, siempre que se cumplan los requisitos establecidos por las autoridades migratorias.
Este procedimiento es una alternativa para que las familias separadas por la migración vuelvan a estar juntas. No obstante, requiere que el ciudadano estadounidense demuestre su capacidad de respaldo económico, ya que se convertirá en patrocinador legal del beneficiario.
Documentos clave para iniciar el proceso
El trámite se inicia con la presentación del Formulario I-130, mediante el cual se solicita oficialmente que el gobierno reconozca el vínculo familiar entre el peticionario y el solicitante. En algunos casos, también se puede adjuntar el Formulario I-485, que sirve para gestionar la residencia permanente.
Ambos formularios deben acompañarse con pruebas que demuestren el parentesco y los ingresos del patrocinador. Entre los documentos exigidos se encuentran:
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Certificados de nacimiento o matrimonio.
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Comprobantes de ingresos o declaración de impuestos.
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Carta de compromiso económico del patrocinador.
¿Qué familiares pueden beneficiarse?
Este beneficio migratorio no está abierto a todos, y es que la ley estadounidense establece qué familiares califican para recibir la Green Card bajo petición familiar directa. Los principales son:
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Esposo o esposa.
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Hijos (solteros o casados).
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Padres del solicitante.
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Hermanos o hermanas.
Cabe destacar que si el hijo es casado, su cónyuge e hijos también podrían incluirse en la solicitud, facilitando así la migración de la unidad familiar completa.
El ciudadano estadounidense que inicia el trámite debe fungir como patrocinador financiero del familiar. Esto implica tener ingresos estables y suficientes, según los lineamientos federales. Además, deberá firmar una declaración jurada que lo compromete legalmente a apoyar económicamente al beneficiario si este no logra mantenerse por su cuenta.