Despertarse varias veces durante la noche puede parecer un inconveniente ocasional, pero cuando se convierte en un patrón habitual, puede tener un impacto significativo en la salud física y mental. A continuación, exploramos las causas y consecuencias de este fenómeno, así como cuándo es necesario buscar ayuda.
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Este fenómeno, conocido como insomnio, a menudo está relacionado con periodos de tensión emocional. Según la Clínica Mayo, los despertares nocturnos son comunes durante momentos de estrés intenso y pueden empeorar cuando resulta difícil volver a conciliar el sueño. Además, factores como el reflujo gástrico o las cenas tardías pueden interferir con la calidad del descanso, convirtiendo el sueño interrumpido en una experiencia recurrente.
El impacto de no dormir bien
La falta de un sueño reparador no solo provoca cansancio, sino que también puede estar vinculada a una amplia variedad de problemas de salud. Un estudio publicado en Health Data Science que incluyó a más de 88,000 adultos reveló que un descanso deficiente podría estar asociado con hasta 172 enfermedades diferentes. Entre los efectos más comunes de no dormir adecuadamente se encuentran:
• Irritabilidad y cambios de humor
• Problemas de concentración
• Baja energía
• Confusión mental
La Fundación del Sueño de EEUU subraya que la calidad del sueño se mide por factores como la facilidad para conciliarlo, su continuidad y el nivel de descanso al despertar.
Despertares breves: ¿Cuándo debes preocuparte?
La especialista en medicina interna Daniela Silva aclara que es normal que los adultos se despierten hasta dos veces por noche sin que esto sea motivo de preocupación. Durante el ciclo del sueño, el cerebro pasa por breves fases que pueden llevar a estos despertares. Sin embargo, si estos episodios dificultan volver a dormir, es fundamental buscar atención médica.
Factores psicológicos y tecnológicos que afectan el descanso
El estrés crónico y la depresión son enemigos notables del sueño. Según Johns Hopkins Medicine, las personas que sufren de insomnio tienen un riesgo diez veces mayor de desarrollar depresión, y alrededor del 75% de aquellos que ya padecen esta condición enfrentan problemas para dormir.
Además, el uso excesivo de redes sociales antes de dormir también puede alterar el descanso. La luz emitida por los dispositivos electrónicos bloquea la producción de melatonina, la hormona responsable de regular el sueño, lo que dificulta aún más la conciliación del sueño.
Identificar las causas subyacentes y tomar medidas para mejorar la calidad del sueño es esencial para mantener un bienestar óptimo. Si experimentas dificultades persistentes para dormir, no dudes en consultar a un profesional para recibir orientación y apoyo.