La edición inaugural del Mundial de Clubes 2025, que contó con 32 participantes, concluyó con un evento surrealista cuando Donald Trump tomó el protagonismo durante la entrega del trofeo. En la gran final, celebrada en el Metlife Stadium de Nueva Jersey, Trump entregó el trofeo al Chelsea tras su victoria, pero el trofeo que levantó Reece James, capitán de los Blues, era una mera réplica.
El trofeo original del torneo se encuentra en el Salón Oval desde marzo, cuando el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, visitó a Trump para presentar el torneo a los medios estadounidenses. El trofeo tiene un diseño peculiar y cuenta con anillos móviles que giran sobre su eje mediante una llave, lo que llamó la atención de Trump, quien elogió el diseño en su momento.
El presidente Trump durante la celebración (AP)
Trump se queda con el trofeo
En una entrevista con DAZN, Trump reveló que, en lugar de devolver el trofeo original, la FIFA le ofreció mantenerlo en su posesión. "Me dijeron que podía quedarme con el trofeo en el Salón Oval y les pregunté si lo iban a recoger. Me respondieron que no, que podía quedármelo para siempre", afirmó el presidente. Aunque FIFA no ha confirmado oficialmente estas declaraciones, la historia del trofeo y su ubicación en la Casa Blanca ha generado gran atención.
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El fútbol como herramienta unificadora
Trump también aprovechó la ocasión para resaltar el carácter unificador del fútbol, un deporte que él considera "el más internacional", capaz de "unir al mundo". Este comentario resulta interesante, dado que sus políticas, como los vetos a los viajeros y las estrictas medidas migratorias, han sido objeto de controversia en el contexto del Mundial 2026, que se celebrará en Estados Unidos.