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Tras un polémico Miss Universo 2025, la mexicana Fátima Bosch se quedó con la anhelada corona, provocando un revuelo en redes sociales que aún sigue vivo, pues, su triunfo no fue bien recibido por la mayoría de fanáticos de los concursos.
Sin embargo, México vuelve a hacer historia en el templete y de una manera que ya se ha repetido anteriormente: su reina vistió de rojo, tal como ocurrió con sus anteriores reinas que también se han coronado como la mujer más bella del universo,
Este color no ha sido una elección cualquiera, sino un símbolo casi místico que ha acompañado a las cuatro aztecas que lograron sentarse en el poderoso trono, generando lo que hoy muchos llaman “la teoría del vestido rojo”.
Fátima Bosch pone la cereza del pastel en el Miss Universo
Durante la final del certamen celebrado en Tailandia, la joven desfiló con un vestido rojo espectacular, con detalles dorados y una capa larga que le dio un aire majestuoso. Esa prenda no solo fue un guiño estético, para muchos, fue la pieza decisiva de su triunfo.
El rojo, color asociado tradicionalmente con la fuerza, la pasión y el poder, parece haber sido parte esencial de su narrativa visual en ese momento definitorio. Además, la victoria de Bosch reavivó la creencia en esa suerte casi sobrenatural que ha rodeado al tono en los concursos mexicanos.
El rojo en la historia de las reinas mexicanas
La “teoría del vestido rojo” no apareció por casualidad en 2025. Su origen se remonta a 1991, cuando Lupita Jones se convirtió en la primera mexicana en ganar Miss Universo luciendo un vestido rojo que dejó huella.
Desde entonces, dos reinas más repitieron la fórmula. En 2010, la tapatía Ximena Navarrete posó con un diseño rojo de Benito Santos que se volvió icónico. 10 años después, Andrea Meza utilizó en su coronación un traje rojo bordado con miles de cristales.
En el caso de Fátima Bosch, su vestido rojo fue obra del diseñador mexicano Trino Orozco, quien ya había trabajado con ella durante todo el concurso. Su creación, con cuello alto, mangas largas y detalles dorados, fue clave para construir esa atmósfera triunfal que cautivó a los jueces.