Triste noticia la que se dio a conocer este 6 de agosto, el ex jugador de Grandes Ligas Billy Bean trascendió el plano terrenal a sus 60 años. Falleció debido a su padecimiento de leucemia.
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En el ámbito de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), este jardinero destacó en los años 80, al punto de ser uno de los pocos motivos de alegría para la amplia afición de los Navegantes del Magallanes durante esa década, que representó la peor en la historia del club y la de cualquier elenco del cónclave en ese lapso.
El otrora jardinero e inicialista fue parte del abordaje en la temporada 1987/1988, donde dejó muy destacada actuación en especial desde el aspecto ofensivo, pues ligó promedio de bateo en .321 durante 54 encuentros, destacando la cantidad de veces consecutivas en las que llegó a embasarse.
Fueron 11 en total, cifra con la que empató la marca de la LVBP, lo consiguió el 28 de noviembre, fecha en la que jugaron contra Leones del Caracas, conjunto con el que precisamente retornó para la edición 1989/1990.
Con esta casaca el rendimiento de su madero resultó bajo, en 31 compromisos quedó en .219, no obstante, estuvo hasta las últimas instancias y formó parte de la manada melenuda campeona de ese torneo, tras 7 intensos juegos disputados con el Cardenales de Lara.
Billy Bean en las Mayores
Arribó en 1987 con Tigres de Detroit a los 23 años de edad; desde temprano causó impacto por sus destrezas defensivas, mismas por las que se le estimó como parte de la sangre nueva para los bengalíes, sin embargo, no logró responder en lides ofensivas. Tiempo después él mismo analizó parte de las fallas de su carrera:
“Fui apurado para llegar a Grandes Ligas y nunca tuve la oportunidad de aprender a fallar”, declaró en una entrevista al The New York Times. “Estaba impactado cuando pasaba un par de juegos sin un imparable (…) Cuando me enviaron abajo, tuve dificultades debido a mis pensamientos. Cada día era como, ‘¿Que hice mal?’”, (…) Me presioné demasiado. Los Tigres me dieron una oportunidad, pero no me dieron un momento”.
William Daro también jugó para Dodgers de Los Ángeles y Padres de San Diego. Se retiró en 1995 y en 1999, hizo públicas sus preferencias de tipo sexual convirtiéndose en portavoz y defensor de deportistas homosexuales.
“Hizo de las Grandes Ligas una mejor institución, tanto dentro como fuera del campo, por el poder de su ejemplo, su empatía, sus habilidades de comunicación, sus profundas relaciones dentro y fuera de nuestro deporte, y su compromiso de hacer lo correcto. Estamos eternamente agradecidos por el impacto duradero que Billy tuvo en el juego que amaba, y nunca lo olvidaremos”, señaló el comisionado, Rob Manfred, tras la noticia de su defunción.