A pesar de que hace unos días el panorama lucía favorable para que Luis Arráez asegurase su tercera corona de bateo consecutiva, segunda en la Liga Nacional, en los recientes encuentros de los Padres de San Diego las cosas no le han salido como se esperaba.
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A la jornada de este 27 de septiembre, su principal retador, Marcell Ozuna se presenta con promedio de .310, mientras la “Regadera” lo hace con .312, cifra a la que llegó debido a la mala racha que atraviesa en estos momentos, 12 turnos al hilo sin poder despachar inatrapable alguno, situación que desinfló su .318 previo.
Un mal momento le puede ocurrir a cualquiera, incluso a un fenómeno como el muchacho de San Felipe, y este bache debe tomarse como una variable ponderable, de hecho, este mismo año atravesó dos similares, una ocurrió justo cuando arrancó esta temporada, entre el 28 y 29 de marzo, la otra del 9 al 10 de junio.
En ambos tropiezos, el toletero zurdo se fue de 10-0, adicionalmente, entre el 17 y 18 de junio finalizó de 7-0, algo que se replicó el 7 y 9 de julio.
Luis Arráez, el peligro de esos traspiés
Es notorio el impacto de las cadenas de 10 y 12 chances válidos sin hits; si los sustraemos de sus totales, el average le subiría hasta .323, un diferencial considerable, complejo y algo improbable de ser recortado por su competidor de los Bravos de Atlanta, cuando a estos les faltan aún 5 compromisos.
Pero nada está definido, así como Luis Sángel disminuyó un poco, también puede levantar, ha demostrado con meridiana claridad tener el talento para lograrlo, además, aunque es natural exista presión, todavía tiene la ventaja. Solo hay que tomar las cosas juego a juego, turno tras turno.
Este fin de semana los religiosos cierran su Ronda Regular, con serie de tres partidos en casa de los D-backs de Arizona, elenco al que de por vida le liga para .314. Del mismo modo, solo está anunciado uno los lanzadores pautados a enfrentar, Merril Kelly, contra quien tiene average de .200, se ido de 5-1.