Cuando los Angels firmaron a Anthony Rendon por siete años y $245 millones antes de la temporada 2020, la expectativa era clara: habían adquirido a uno de los mejores tercera base del béisbol.
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Cinco años después, el contrato de Rendon se ha convertido en una de las peores inversiones en la historia de las Grandes Ligas.
Desde su llegada a Anaheim, Rendon ha jugado solo el 36.3% de los partidos de los Angels (257 de 708), un reflejo de su fragilidad física.
La más reciente mala noticia llegó este miércoles, cuando se reveló que el infielder necesitará una cirugía de cadera que lo dejará fuera por un período prolongado en 2025, sumándose a una larga lista de lesiones que han marcado su paso por la franquicia.
En sus cuatro temporadas completas con los Angels, no ha superado los 58 juegos jugados en ninguna de ellas, y no conecta un jonrón desde julio de 2023.
Rendimiento de Anthony Rendon con los Angels
La producción de Rendon ha sido mínima en comparación con su salario. Sus números en Anaheim reflejan la decepción:
Apenas 22 cuadrangulares, 125 carreras impulsadas y un modesto 100 de OPS+ en 1,095 apariciones al plato. Su valor estimado en términos de fWAR ha sido de $30.2 millones, mientras que el equipo le ha pagado $175 millones.
En otras palabras, los Angels han gastado $144.8 millones por producción que simplemente no ha existido.
Más allá de su rendimiento, la actitud de Rendon ha generado controversia. Ha estado involucrado en altercados, ha recibido suspensiones por incidentes dentro y fuera del terreno, y en varias ocasiones ha dado declaraciones que han generado dudas sobre su compromiso con el juego.
Desde criticar la cantidad de partidos en una temporada hasta insinuar que lleva una década contemplando el retiro, su postura ha sido objeto de críticas.
Ahora, con 35 años y dos temporadas restantes en su contrato, la realidad para los Angels es desalentadora. El equipo sigue atrapado en una crisis de identidad, con problemas de profundidad en el roster y sin un rumbo claro.