La NBA es un espectáculo de talentos donde las proezas se reservan para los partidos oficiales. Sin embargo, Luka Doncic, la exsuperestrella de los Dallas Mavericks, parece llevar su genialidad a un nivel estratosférico incluso en la intimidad de los entrenamientos. Así lo ha revelado su excompañero de equipo, Kyrie Irving, quien ha ofrecido una perspectiva asombrosa sobre la intensidad y el dominio que Doncic exhibía en las prácticas diarias del equipo.
NOTAS RELACIONADAS
Kyrie declara admiración a Luka Doncic
En unas declaraciones que han encendido la imaginación de los aficionados y provocado un revuelo en el mundo del baloncesto, Kyrie Irving describió el nivel de Luka Doncic en los entrenamientos con cifras que desafían la lógica. "Te está dando probablemente como 60 puntos, 18 rebotes y 18 asistencias", afirmó Irving, pintando un cuadro de dominio absoluto que incluso para el propio Kyrie, un mago del balón, resulta impactante.
Pero la revelación más sorprendente de Irving llegó al describir un episodio concreto de la brillantez de Doncic en la cancha de entrenamiento: "Lo vi meterle 24 puntos a alguien en 3 minutos". Este testimonio directo de un jugador de la talla de Irving, con su propia trayectoria de excelencia individual, subraya la magnitud del talento de Doncic y su capacidad para desatar explosiones ofensivas en cualquier momento, contra cualquier rival, incluso en un ambiente de práctica.
Doncic, una amenaza en los juegos y entrenamientos
Estas declaraciones no solo reafirman el calibre de Luka Doncic como uno de los jugadores más completos y dominantes de la NBA, sino que también ofrecen una rara visión de la intensidad y el nivel competitivo que se vive en los entrenamientos de los equipos de élite. Si Doncic es capaz de alcanzar esos números y momentos en las prácticas, es fácil entender por qué es una amenaza constante para cualquier defensa en los partidos oficiales.
La habilidad de Doncic para anotar, rebotear y asistir en tales proporciones durante las prácticas sugiere un nivel de concentración, competitividad y pura destreza que pocos jugadores poseen. Es un testimonio de su ética de trabajo y de su insaciable deseo de perfeccionarse, incluso cuando las cámaras no están grabando y los marcadores no están encendidos. Ahora como miembro de los Lakers, el que observa este tipo de situaciones es LeBron James.