Un día como hoy, pero de hace 20 años ocurrió uno de los hechos deportivos más violentos en Estados Unidos. En el antiguo The Palace of Auburn Hills hubo una pelea épica entre Indiana Pacers vs Detroit Pistons; uno de los acontecimientos más bochornosos en la historia de la NBA.
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Había cuentas pendientes entre Indiana y Detroit, muchos dimes y diretes; mucha palabrería y una eliminación en la Final de la Conferencia Este del 2004. En esa línea, los ánimos estuvieron caldeados durante el encuentro y en una jugada, que parecía no ser muy grave, todo explotó; en proporciones nunca vistas.
Con un triunfo más que cómodo para Pacers 97-82, Ben Wallace recibe una dura falta de Ron Artest; el pívot de Pistons agredió a su rival, pero este no respondió y mientras se armó una trifulca en la pista; el agredido se acostó en la mesa de anotación y todo explotó, ya que un aficionado le lanzó una vaso con una bebida, lo identificó y salió a por él.
Artest golpeó todo lo que se atravesó como si fuera un tren descarrilado; le rompió 5 vértebras al comentarista oficial de Detroit y golpeó al aficionado que le lanzó la bebida. David Stern no podía creer lo que estaba pasando, llamó a su segundo Russ Granik y le indicó: "Enciende la televisión. No vas a creer lo que está sucediendo".
Un suceso vergonzoso que dañó la imagen de la NBA
Todo lo que sucedió después de la trifulca solo empeoró la imagen, aficionados lanzando bebidas y palomitas de maíz, hielo, vasos, entre otras cosas a los jugadores; sin embargo el comisionado de la NBA, David Stern actuó de la mejor manera posible y aplicó sanciones contundentes para los involucrados.
Ron Artest recibió 86 juegos de suspensión, Stephen Jackson 30 juegos, Jermaine O'Neal 25 encuentros. Artest aún lleno de adrenalina le preguntaba a Jackson si pensaba que iban a tener problemas; este le respondió: "¿Hablas en serio, hermano? Ron, tendremos suerte si tenemos un maldito trabajo".
Por otra parte, estos tres jugadores recibieron un año de libertad condicional; 60 horas de servicio comunitario y estuvieron en cursos para manejar el control de la ira. En los altercados hubo 9 heridos, pero los que se llevaron la peor parte fueron los aficionados involucrados, les prohibieron la entrada a un recinto deportivo de por vida.
20 años de una situación que fue caótica para los involucrados y que Reggie Miller que no jugó esa noche resaltó: "Por muy feo que aquello pareciera en la televisión, fue al menos 20 veces peor vivirlo en persona".