Naomi Osaka regresó a la gran escena del tenis con una actuación contundente en Arthur Ashe Stadium: la exnúmero 1 derrotó a Coco Gauff 6-3, 6-2 y alcanzó su primer cuartos de final de Grand Slam en más de cuatro años y medio, una señal clara de que su camino hacia la elite sigue intacto. La victoria llega en un momento de reafirmación para Osaka, quien mostró esa mezcla de potencia y calma que la llevó a cuatro títulos de Grand Slam.
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Osaka recupera su pulso competitivo en pistas rápidas
En los compases previos y entre puntos se vio la concentración de Osaka: se sonreía, se tocaba el muslo izquierdo y se decía en un susurro “Come on. Come on.” Pero cuando la bola entraba en juego su tenis fue alto, agresivo y certero: servicio arrollador, golpes planos y una consistencia que cortó el ritmo de Gauff. La japonesa, sembrada 23 del torneo, aprovechó cada error de la número 3 y dominó los intercambios desde el fondo con una combinación de potencia y colocación que dejó poco margen de reacción.
La estadística del partido —6-3, 6-2— refleja más que un marcador: resume la diferencia en temperamento esa noche. Mientras Osaka caminó la pista como si volviera a casa, Gauff sufrió una noche complicada, marcada por errores no forzados y gestos de frustración que la traicionaron: palmas al aire, manos en la cara y miradas hacia el banquillo. Aun así, la joven estadounidense salió del court con una declaración de carácter: “I am not going to let this crush me.”
La victoria de Osaka no es casualidad. A sus 27 años, nacida en Japón y criada en Estados Unidos desde los tres años, la jugadora recordó el arsenal que la llevó a coronarse en el US Open (2018, 2020) y en el Abierto de Australia (2019, 2021): una mezcla de saque potente, derechas profundas y una agresividad que en superficies rápidas se traduce en puntos rápidos y control del juego.
En primera instancia, la siguiente parada en su cuadro es Karolina Muchova, séptima cabeza de serie número 11, quien venció en tres sets a Marta Kostyuk y que ya eliminó a Osaka en el US Open 2024. Muchova, semifinalista en Nueva York en ediciones recientes y finalista en Roland Garros 2023, será una prueba física y táctica: su variedad y capacidad para cambiar ritmos puede complicar a cualquier contendiente.
Si Osaka mantiene la serenidad y la potencia vistas ante Gauff, vuelve a entrar de lleno en la conversación por el título. Este triunfo no sólo le devuelve la confianza, sino que obliga a rivales y prensa a verla nuevamente como candidata seria en Flushing Meadows.