Samuel Aldrey / @SamuelAldrey
El Chelsea y sus jugadores se han visto sumidos en un estado de limbo después de que el gobierno del Reino Unido impusiera sanciones a Roman Abramovich, poniendo en suspenso la venta del club y dejando al campeón de Europa en riesgo de caer en dificultades financieras.
Desde el Reino Unido los periódicos The Sun, Daily Mail y The Guardian informan que algunos de los jugadores están preocupados por el rumbo del club y, por extensión, por su propio futuro, y están desesperados por que se aclare la situación.
Están alarmados porque una de las estipulaciones que han surgido de las sanciones es que el Chelsea no puede fichar jugadores ni renovar los contratos existentes. Una fuente del vestuario dijo a The Guardian que era un "caos", con la gente temiendo que el club pudiera entrar en administración.
El equipo masculino cuenta con tres importantes jugadores del primer equipo cuyos contratos finalizan en verano: César Azpilicueta, Antonio Rüdiger y Andreas Christensen, de acuerdo a información de Transfermarkt.
Desde España se cree que Christensen tiene un acuerdo de principio para incorporarse al Barcelona como agente libre. Pero otros miembros de las plantillas -la masculina y la femenina, incluidos algunos que están cedidos- están preocupados por cómo afectarán las restricciones a las siguientes fases de sus carreras.
Se entiende que ni el entrenador de los hombres, Thomas Tuchel, ni el de las mujeres, Emma Hayes, se plantean en estos momentos su futuro en el club.
El Chelsea ha confirmado que el partido de la Premier League de su equipo masculino contra el Norwich, el jueves por la noche, seguirá adelante. El club ha obtenido una licencia especial que le permitirá cumplir con sus partidos, pero se enfrenta a un futuro incierto después de que los activos de Abramovich fueran congelados debido a los supuestos vínculos del oligarca con Vladimir Putin y el gobierno ruso.
El dinero de las retransmisiones y de los premios será congelado y la licencia se limita a "actividades relacionadas con el fútbol", lo que conlleva la prohibición de fichar jugadores y de firmar nuevos contratos, además de otras restricciones comerciales. Esto significa que Abramovich necesitará la aprobación del gobierno británico antes de vender el club de Stamford Bridge.
Sin embargo, por el momento, el Chelsea está sumido en la confusión. Abramovich no puede poner dinero en el club ni sacarlo.
Abramovich ha concedido al Chelsea préstamos por valor de 2.000 millones de euros desde que lo compró en 2003. Las últimas cuentas del club revelaron unas pérdidas de 145,6 millones de libras en el último ejercicio, aunque se achacaron al impacto de la pandemia.
La financiación corre a cargo de Fordstam Limited, una empresa propiedad de Abramovich. Como dijo una fuente a The Sun: "¿Quién compraría un club con un préstamo de 1.500 millones de libras colgando sobre él?"
La despedida de Roman Abramovich
El presidente del club emitió un comunicado en la página oficial del club explicando la venta del equipo y envió un mensaje final a la afición que lo ha apoyado desde el 2003 cuando inició su proyecto con el equipo londinense. Desde entonces bajo su mando el Chelsea ha logrado ser campeón de la Champions dos veces y así han cumplido el objetivo que siempre se propuso Abramovich desde el día uno.
"Espero poder visitar Stamford Bridge una última vez para despedirme de todos vosotros en persona. Ha sido un privilegio de toda la vida formar parte del Chelsea FC y estoy orgulloso de todos nuestros logros conjuntos. El Chelsea Football Club y sus seguidores siempre estarán en mi corazón", se despidió el presidente.
El motivo de la sanción
El Reino Unido ha señalado a Abramovich como parte de su respuesta a las acciones de Rusia en Ucrania. En un documento publicado por el Gobierno el jueves por la mañana, se identificaba al propietario del Chelsea como "un oligarca pro-Kremlin" y se decía que estaba "asociado con una persona que está o ha estado involucrada en la desestabilización de Ucrania y en socavar y amenazar la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania, a saber, Vladimir Putin, con quien Abramovich ha tenido una estrecha relación durante décadas".
El documento afirmaba que Abramovich ha tenido una estrecha relación con el presidente de Rusia "durante décadas" y que esta asociación le ha llevado a beneficiarse económicamente.
Abramovich ha negado repetida y vehementemente que esté vinculado a Putin o al Estado ruso, o que haya hecho algo que merezca ser sancionado.
Por ahora ninguno de los grupos interesados en comprar el Chelsea ha declinado su oferta, pero con estas sanciones se le hará imposible a Abramovich tener una decisión al respecto.