Samuel Aldrey /@SamuelAldrey
A Nahuel Ferraresi la cobertura aérea, le había dejado “hecho polvo” frente a Chile. Todos salieron jadeando de Santiago. La Vinotinto es una selección terrenal y del mar; el aire y volar le crea temor. Así la ‘Roja’ se aplicó a lanzar bombas desde los costados y nuestros orgullosos buques ahí quedaron estacionados en el océano del área, aceptando el bombardeo.
“Podía haber pasado de todo”, admitían en la expedición. Más que nada porque Chile les arrinconó durante los minutos finales. Hasta que les duraron las piernas y el empuje. La Vinotinto es más irregular que de costumbre, transmite la sensación de que en ocasiones se quiebra, frágil en defensa. Sobre todo porque las dudas son evidentes.
Las estadísticas lo corroboran. Es el tercer país que más disparos recibe en la Eliminatoria (53) y el segundo que más goles encaja (22). Solo le supera Bolivia con 70 disparos recibidos y 25 anotaciones en contra.
Venezuela es la segunda selección que más sufre defensivamente /Elaboración propia. Datos: Statsbomb
Sufrir a balón a parado.
Aunque, el equipo tiembla demasiado en las jugadas a balón parado. Cada falta o tiro de esquina es una rampa hacia el gol en la que se invita a todos y todos cobran: Chile fue el último en hacerlo.
No es su fuerte el balón parado. De los 53 remates que ha recibido al arco 25 proceden de remates desde tiros de esquinas o centros, según recoge fbref, pero ante Chile fue más evidente.
La Vinotinto contra la ‘Roja’ recibió cinco remates a puerta. ¡Cuatro iniciaron con un centro! Desde las alturas cayeron dos bombas a los pasivos buques Vinotintos. El aviador que destruyó la flota venezolana fue Erick Pulgar con dos testarazos que dejaron en evidencia una enfermedad que aflige a la selección desde la llegada de José Peseiro.
La vergüenza de todo eso viene después, cuando reinventas el significado de la expresión “sufrir a balón parado” de un modo en el que nadie había imaginado jamás. Pues, ante cada córner y cada centro la duda se siembra en la mente del fanático que estalla de euforia al ver la pelota despejada, porque sabe que ha evitado el sufrimiento.
La enfermedad y su posible cura.
La enfermedad tiene nombre: mareo postural fóbico. Uno de los muchos trastornos asociados al vértigo. Los síntomas pueden ser inestabilidad o sensación de movimiento en la cabeza. Los síntomas suelen empeorar al observar objetos en movimiento, al leer o al estar en entornos que plantean un desafío para la visión, como el hacinamiento del área chica en un córner.
Este diagnóstico se puede remediar, sobre todo si se identifica el problema. El inconveniente es obvio: la selección no sabe qué marcar. El movimiento de tantos jugadores le marea y queda al descubierto.
El remedio a jugadas a balón parado lo explica el doctor Marcelo Bielsa: “se puede lograr de dos maneras: se marca al jugador rival (hombre a hombre) o al espacio (zona donde el rival comúnmente salta para cabecear)”, dice Marcelo. Venezuela todavía no define cuál de ellas le conviene. Si el marcaje 1 a 1 o el zonal. Esa incertidumbre le es mortal.
Marcar al jugador hombre a hombre es la menos compleja. El objetivo es evitar que el jugador contrario remate con comodidad, pero se requiere un nivel mayor de concentración y fortaleza individual e incluso haciéndolo bien no te garantiza evitar el gol, pues se puede perder el duelo.
En cambio, marcar el espacio, ayuda a evitar aún más el cabezazo, pues habrá más hombres disponibles en ese lugar predilecto por el rival y el despeje no es responsabilidad de uno, sino de todos. Eso lo hace mucho más complejo, pues es la combinación de una marca al hombre y al mismo tiempo de una zona delimitada que se marca en grupo.
Hallar esa zona viene del estudio del rival y posterior ejecución en los entrenamientos. Es decir, se requiere de una enorme preparación y comunicación para su ejecución.
Ahora, este jueves la Vinotinto viaja a Quito a jugar contra Ecuador en la altura. Leonardo González debe preparar un plan minucioso y armar sus buques Vinotintos con armas antiaéreas. La buena noticia es que recupera a uno de sus almirantes: Yordan Osorio que puede aliviar la toma de decisiones.
Así la Vinotinto acostumbrada al suelo y al mar espera no volver a sufrir de vértigo esta semana.